¿Y por qué no el yoga en la educación diabetológica?

 yoga en la diabetesSiempre se ha dicho que puedes afrontar mejor las situaciones complicadas si tienes la cabeza fría y mantienes la calma. No todo el mundo tiene la frialdad en situaciones que le afectan directamente. Y menos aún se mantiene la calma cuando algo está alterando tu vida de manera importante. En cuestiones de salud, una persona con diabetes debe mantener la calma siempre y debe evitar la desesperación ante las múltiples -insisto, múltiples- situaciones extraordinarias que la enfermedad va poniendo día tras día. En muchas ocasiones he bromeado diciendo que el yoga debería ser parte de la educación diabetológica como herramienta de autocontrol para momentos de crisis.

Como todos sabéis, en diabetes dos más dos casi nunca son cuatro, a pesar de que la educación diabetológica así pretenda hacérnoslo creer (entiendo que es su obligación decirlo, aunque luego veamos que no es verdad). Pero luego, en nuestro día a día, cantidad de situaciones a cual más desesperante, se nos van planteando como un examen para probar nuestros conocimientos y nuestra paciencia. Como diría el padre de Indiana Jones, la diabetes plantea «ardides de una astucia letal» y debemos resolverlos sí o sí día tras día tras día. ¿Qué cabeza es lo suficientemente fría y atemperada como para aguantar estas continuas pruebas de paciencia? Los conocidos «expedientes X» de la diabetes de los que ya he hablado anteriormente (ver aquí) se repiten con demasiada frecuencia en esta enfermedad.

Durante toda la pasada semana yo mismo he sufrido una de esas pruebas de paciencia, en la que en todo el día mis cifras no bajaban de doscientos, hiciera lo que hiciera con las únicas herramientas de que dispones: dieta, ejercicio físico y medicación. Y un buen día, todo desaparece y de repente, vuelves a la normalidad. ¿Castigo divino por haber tenido pensamientos lascivos? ¿Extraños procesos bioquímicos en los que la insulina se ve inhibida por alguna otra sustancia química? ¿Quizá estás empezando a mutar como Gregorio Samsa? ¿Debemos resignarnos a esto regularmente cuando a los dioses les venga en gana? Me temo que la respuesta a esto último es sí. Estos días de locura inexplicable son inevitables y tras tomar las medidas oportunas en nuestra pauta de tratamiento y actividad física, hay que procurar tener la cabeza fría y mantener la calma, pensando que -normalmente- son rachas pasajeras y suelen durar poco.

La diabetes es una liga y no se pierde la competición por perder un único partido. Así que cuando empieces a ver cifras obscenas en tu medidor que no puedes mejorar ni siquiera tras haber practicado rituales ancestrales, respira hondo y di «oooommmmmm…». ¿Por qué el yoga no es parte de la educación diabetológica?