Llegó el 14 de noviembre; Día Mundial de la Diabetes. Hoy hierve la Red. Twitter… Facebook… fotos… mensajes… buenos deseos… cifras… sobre todo cifras. Es un día muy típico para recopilarlas y presentarlas. En los años que he sido presidente de la Asociación Vizcaína de Diabetes, en las entrevistas con los medios cada 14 de noviembre siempre me pedían cifras. Epidemiología, prevalencia y esos conceptos, como se les llama técnicamente. Les encanta para poder hacer un titular efectista. Y ciertamente lo es. Casi un 14% de la población adulta (y parece que en aumento) es como para poner los pelos de punta. Por si fuera poco, un 25% de obesidad infantil te los termina de poner (los pelos) completamente tiesos. O hacemos algo de una vez o esto terminará por producir dos cosas: por un lado, que la diabetes afecte a todo el mundo. Y por otro, que el gasto sanitario que provoca sea inasumible por el sistema. Y no queremos ninguna de las dos cosas. Por eso hoy es un día para pensar, para darse cuenta de las cosas, para dar a conocer nuestra labor, ya sea como asociación o como persona implicada a nivel personal. Pero es también un día más. Porque si estás realmente implicado, hoy no es diferente a los otros 364 días del año. Tu papel seguirá siendo el mismo: ayudar a las personas con diabetes… intentar concienciar de la importancia de mejorar nuestros hábitos de vida y alimenticios… colaborar en que se escuche la voz de los pacientes y tengamos voz y voto en muchos órganos donde se toman decisiones que nos afectan… mejorar nuestro sistema enfocado a agudos y darle la vuelta para que esté enfocado a la atención a crónicos… hacer notorias las enormes diferencias e injustas asistenciales y de prestaciones que evidencia nuestro sistema sanitario descentralizado… son muchas cosas por las que luchar y gritar. Y para eso cada uno usa lo que puede. Yo desde mi humilde posición, intento ayudar cada día presencialmente en mi asociación y virtualmente desde mi labor en la Red. Y así seguiré haciéndolo mientras pueda.
Pero hoy es el Día Mundial de la Diabetes. Así que toca coger el círculo azul y demostrar que estás ahí. Muchos lo harán por figurar. Allá ellos. Pero ojalá cada día seamos más las personas concienciadas con este problema y que quieren colaborar en la medida de sus posibilidades para que esto se frene y mejoren muchas cosas. Si el Día Mundial de la Diabetes sirve al menos para aumentar esa concienciación (no sólo entre afectados, sino entre la población), habrá servido para algo.
Mientras tanto… ¡sigamos adelante!
