Transmutación regresiva

En quién confiar sobre salud en la Red

Cuando tienes un blog estas pensando continuamente de qué hablar. A veces los temas te surgen delante de tu ordenador y los anotas, pero otras veces se te ocurren en el metro, andando por la calle o extrañamente al ver un armadillo en un zoo. Y de entre todos esos posibles temas, algunos siempre son adelantados por otros y poco a poco van quedando en segunda línea tras temas más urgentes o de más actualidad. Pero que queden atrás no significa necesariamente que no sean importantes. El de hoy es de esos que vas dejando y sin embargo es importante. Y no haber hablado de ello antes quizá sea un error por mi parte como generador (o altavoz) de información que soy. Quizá a veces hay que recordar ciertas cosas que tiendes a pensar que todos saben. Quizá piensas que determinadas barbaridades todos las consideran como tal. Pero no. No todos tenemos el mismo nivel de implicación, de competencias, de conocimientos, de ganas, de desesperación… Cuando hablamos de salud en la Red, hay que ponerse muy serio. Ya sea para intercambiar experiencias cara a cara con otra persona que tiene lo mismo que tú o -aún con más razón- para divulgar información a otras personas. El día que un profesional de la salud diagnostica oficialmente una diabetes debe dejar claros ciertos conceptos desde el principio. Quizá poner los puntos sobre las ies en ese momento sería un buen primer paso para mejorar muchas cosas en muchos pacientes. De hecho, siempre lo he creído así y lo suelo decir cuando tengo ocasión: muchos médicos -sobre todo en diabetes tipo 2- están muy desacertados en la manera de dar ese diagnóstico. Creo que en esas primeras consultas ya suelen fallar a veces algunas cosas que conducen al paciente hacia un camino y unas creencias equivocadas y peligrosas.

Pero además ese médico siempre siempre siempre te dirá dos cosas que deben quedar meridianamente claras y cristalinas. La primera es que a día de hoy, la diabetes no tiene cura posible. Ya la tipo 2 o la más aparatosa y radical tipo 1, en la que aún se desconocen en detalle los mecanismos que inician esa catastrófica reacción autoinmune de nuestro cuerpo por la que el sistema inmunitario destruye sin piedad todas las células productoras de insulina alojadas en los islotes de Langerhans. Y la segunda cosa que te dirá ese médico sin falta es que la diabetes va a seguir contigo tanto como lo hagas tú en este planeta; te acompañará hasta el final… si la ciencia no lo soluciona antes. Con estas dos premisas claras, todo lo que viene después debería conducir a un empoderamiento adecuado por parte del paciente como única herramienta para el control de la situación. Pero por desgracia, no siempre sucede así…

Los peligros de internet en salud
Las redes sociales son una fuente de información… y de desinformación (imagen: Geralt/Pixabay).

Al final, depende de ti

Partamos de una cifra: 77%(1). Se refiere al porcentaje de pacientes de EEUU que se informan por internet antes incluso de solicitar una consulta a su médico. Es un porcentaje abrumador que da una idea de la importancia que tiene la Red en cuestiones de salud y sobre todo, de la responsabilidad que tienen todos aquellos que aportan o difunden información de salud en la Red. Como todos sabemos, internet es un pozo de sabiduría… o de la desinformación más absoluta. No tiene grandes consecuencias para ti que una web te proporcione un año erróneo para el descubrimiento de las minas de Potosí en Bolivia. O incluso que la wikipedia aplique a veces un inaceptable sesgo de subjetividad a sus artículos dependiendo de quién los haya corregido. Pero si buscas una información que implica o puede implicar ciertas decisiones que afectan a tu salud o a tu patología, la pulcritud de esa información debe ser máxima; quirúrgica, como se suele decir cuando algo queremos que sea preciso y fiable. No podemos fiarnos de la primera información que nos llega sobre diabetes, ni de los supuestos procedimientos usados por alguien, ni incluso de ciertas noticias de las que no conocemos siquiera una fuente. No podemos fiarnos ni siquiera de las primeras y privilegiadas posiciones que arroja Google en las búsquedas, ya que habitualmente se realizan estrategias para llegar a ese puesto y no es precisamente por la calidad de tu web ni de tus contenidos. Quiero decir que entre dos links de dos prestigiosas y fiables webs sobre diabetes podemos encontrar sin problemas una tercera que asegura curarte de tu diabetes. Hoy día, internet se ha convertido -para bien y para mal- en algo difícil de controlar (por no decir imposible), y tiene la gran comodidad de que basta con pulsar una tecla para acceder a todos los resultados que ofrece. Esto es lo más fácil y agradecido. Pero te corresponde a ti como usuario lo más difícil: ser quien filtra el caudal de información que te llega. Hoy intentaremos compendiar este asunto en varios consejos que siempre deberás tener muy presente cuando buscas información sobre salud en la Red (en este caso sobre diabetes).

[Tweet «10 consejos para buscar sobre #diabetESP en la Red»]

El verbo maldito: revertir

En la Red puedes encontrar todo tipo de información desaconsejable: desde la que no te causa grandes perjuicios (noticias poco fundamentadas, rumores falsos…) hasta la que puede tener consecuencias de salud graves para ti (por ejemplo, «remedios» para la diabetes). En cualquier caso, todas son perniciosas y debes aprender a filtrarlas como los antiguos buscadores de oro del lejano Oeste norteamericano filtraban con sus bateas el agua del río para hacerse con el preciado metal dorado. Y si hay un tipo de información peligrosa por excelencia es la que te aleja de tu tratamiento y pretende que sanes tu diabetes (o como mínimo la controles a la perfección) con productos de todo tipo, que generalmente llevan el calificativo de «natural» para intentar darle más seriedad. Hoy día la palabra «natural» y «ecológico» tienen para la gente una clara (y muchas veces infundada) connotación positiva y de salud. Pero que algo sea natural no lleva implícita la salud como consecuencia. Recuerda que estamos rodeados en la naturaleza de sustancias muy naturales… y letales. ¿Es entonces el adjetivo «natural» sinónimo de algo bueno? No necesariamente. Dentro de este tipo de productos «milagro» se suele acudir a una verborrea habitual que hace uso de ciertos términos repetidos y que causan gran impacto entre las personas que los leen. Veamos por ejemplo el mundo de los edulcorantes. A una supuesta (y generalmente infundada) mala imagen de determinados edulcorantes se han acogido algunos buscavidas para promocionar productos que bajo la etiqueta de «naturales» pretenden convencernos de que nuestra diabetes se beneficiará de esas sustancias casi mágicas (y sí, estoy hablando de la estevia). Seamos serios, la diabetes no va a «agradecer» que usemos uno u otro edulcorante; de hecho -con perdón- se la trae al pairo (siempre que el edulcorante en cuestión sea acalórico).

Los medicamentos milagrosos contra la diabetes deberían quedar relegados a épocas ya pasadas
«Cura radical» de la diabetes prometida por la Mixtura Antidiabética del doctor Martín de Sarlat (imagen: Fundación UNIR Univ. Internac. de La Rioja).

En otras épocas ya pasadas era casi habitual encontrar productos y preparados que desde el desconocimiento propio de la ciencia médica de entonces, sus ingredientes llevaban más intenciones que base científica. En la foto previa podéis ver uno de aquellos preparados, que aunque no contaba con evidencia científica, tenía el importante aval de ser «el único prescrito por las eminencias medicales», lo cual llevaba finalmente a poder «comer a su voluntad féculas o no y alimentarse según su gusto y apetito», dejando atrás una vida de contención, régimen y penurias debidas a la diabetes. Por suerte, aquella época de los tónicos que servían para todo ya pasó, y la medicina ha dado muchos pasos adelante. Aunque por desgracia hoy día seguimos conviviendo con gente desalmada que hace uso del término estrella en este mundo de los vendehumos y caraduras: me refiero a la palabra «revertir»; sin duda el rey de los reclamos en cuestión de diabetes. Es el «claim» publicitario de máximo gancho. Anuncios que venden todo tipo de subproductos que con desfachatez aseguran controlar la diabetes o incluso hacerla desaparecer «revirtiéndote» a tu estado previo, a aquel glorioso día antes de que te diagnosticaran este rollo de la diabetes. Exóticos nombres de sustancias desconocidas procedentes de lejanas latitudes de otros continentes… confusos e ininteligibles procesos químicos… Estos timadores que proliferan en la web acuden a cualquier mecanismo que consiga convencerte. Por ejemplo, tocando tu fibra sensible poniendo en evidencia ciertas contradicciones del sistema sanitario. O incluso rescatando del baúl de las conspiraciones el ya tradicional complot por el que demoníacas y siniestras compañías farmacéuticas se alían en la oscuridad para perpetuar una enfermedad que les reporta pingües beneficios. Idea por cierto muy extendida entre la población en general y entre las personas con diabetes en particular, y que por supuesto no comparto, pero ese es otro tema. En definitiva, la diabetes tipo 1 no se revierte de ninguna manera ni es posible volver a un estado previo a esa enfermedad. Como tampoco es posible mantenerse en normoglucemia a base de sustancias de ningún tipo, ya sean naturales, sintéticas, terrestres o procedentes de otros mundos como el apacible y exuberante planeta Dantooine. En diabetes tipo 1, tu páncreas seguirá sin producir insulina, y esta seguirá siendo de momento la única medicación para esta variante autoinmune de la diabetes. Y en la tipo 2, una correcta dieta, medicación y pautas de vida contribuirán a mantener unos adecuados niveles de glucosa en sangre, pero tu resistencia a la insulina seguirá ahí y si abandonas las pautas médicas, tu diabetes te lo recordará. Grábatelo a fuego en la frente. Vale, en la frente no, que se ve mucho cuando vas por la calle. Entonces grábatelo en el…

En salud en la Red también hay vendehumos, caraduras y desinformadores

Pero al margen de los jetas que intentan hacer dinero con algo sagrado como la salud de las personas, en este asunto de la desinformación perniciosa hay muchas personas que (ya sea por acción u omisión) generalmente a través de un blog personal o en los perfiles de sus redes sociales proporcionan información incorrecta, poco o nada fundamentada, peligrosa o fuera del alcance de sus competencias como divulgadores. En la Red abundan supuestos informadores que -queriéndolo o no- pueden hacer mucho daño a otras personas. La proliferación actual de sitios web, blogs, plataformas interactivas como foros… hace que podamos encontrarnos lugares adecuados e inadecuados. Esta es una cuestión preocupante y todos los agentes de este mundo de la diabetes/salud deberíamos pensar en ello y actuar de alguna manera. Normas, procedimientos, criterios… cualquier persona que comunique sobre salud en la Red (especialmente en un blog) debería tener claros algunos conceptos y sobre todo, algunos límites. Sellos, avales o procedimientos a cumplir serían quizá deseables a la hora de crear un sitio web que hable sobre salud. En España empezamos a tener iniciativas en este sentido, como por ejemplo la de la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía, que tiene un área para certificar y validar plataformas web sanitarias (esta web está desde hace unos cuantos meses en proceso de evaluación para esa difícil acreditación que aún no sé si podré lograr). El portal GuíaSalud (que recoge las Guías de Práctica Clínica de nuestro SNS) dispone de informaciones interesantes sobre calidad de información de salud en la web y las acreditaciones (enlace externo).

Recientemente se ha conocido una iniciativa que puede ayudar a las personas que buscan información sobre diabetes en la Red en España. Se trata de Diabeweb (enlace externo), un repositorio de recursos sobre diabetes en la Red, impulsado por Laboratorios Esteve y con la colaboración nada menos que REDGDPS (Red de Grupos de Estudio de la Diabetes) (enlace externo), que también ha revisado las webs listadas en ese portal y ha otorgado su sello (lo cual es en sí mismo un aval) a ciertas páginas web e iniciativas personales. Y esta web tiene el honor de ser una de ellas.

Diabeweb, un repositorio de sitios web sobre diabetes
Diabeweb, un interesante repositorio de recursos web sobre diabetes. «Reflexiones de un Jedi Azucarado» tiene además el aval de web recomendada por REDGDPS.

Con este panorama muy similar al Far West en el que todos pueden hablar de todo y montar un blog, una tienda o un circo, podríamos decir que hasta ahora lo que funciona más o menos es la autorregulación. Cuando alguien dice algo improcedente, otras personas lo pueden censurar y/o corregir. Pero en determinados temas no es posible, y los receptores de la información confían plenamente en lo que alguien comunica y vierte en la Red, sin diferenciar el grano de la paja. Para muchas personas, un bloguero es un bloguero, y un tuit sobre diabetes tiene la misma validez sea quien sea su autor, y la noticia que difunde ese tuit se la creen venga de quien venga. ¿Cómo diferenciar al desinformador? Otro asunto complicado que deberíamos abordar más pronto que tarde.

[Tweet «»Revertir la #diabetes » y la búsqueda de salud en internet «]

La esperanza irracional

Hay otro grupo de personas que (por diversas razones) buscan de manera ansiosa cualquier solución a algo que consideran insoportable, como es en este caso la diabetes. Estas personas, aún siendo su comportamiento entendible, a veces no aceptan bien las soluciones actuales y se agarran a cualquier cosa que puedan leer en la Red, confiando en exceso en noticias que no siempre son fiables. Yo, como divulgador (al igual que otros muchos en el mundo 2.0) intento ayudar. Pero ¿cómo ayudar a quien no quiere dejarse ayudar? Ya sea por incultura, fe ciega y mal entendida, inocencia, desesperación, impotencia… hay quienes se agarran a cualquier cosa con tal de solucionar lo que para ellos es un problema grave. Yo mismo he podido comprobar en alguna ocasión cómo personas que me escriben preguntándome por un método discutible (por no decir engañoso) siguen convencidas en utilizarlo a pesar de mi insistencia y mis explicaciones para que no lo haga. Estas personas suelen acabar la conversación con un demoledor «vale, pero por si acaso, voy a probar». ¿Desesperación? ¿Falta de conocimientos? Probablemente todo a la vez, pero me crea un gran malestar cuando alguien me escribe y no consigo convencerle de que no acuda a ese procedimiento para el que me pide consejo. Es frustrante y desmoraliza comprobar que no has sido capaz de ayudar. Además de la preocupación que genera saber que esa persona va a poner en peligro su salud o incluso la salud de un hijo.

Llegados a este punto, ¿cómo podemos distinguir el grano de la paja? ¿se puede hacer algún tipo de listado de consejos para saber dónde mirar y qué evitar? En el pasado encuentro Diabetes On Tweet organizado por Canal Diabetes (enlace externo) el pasado 10 de noviembre se presentó un decálogo destinado a quienes nos dedicamos a informar sobre diabetes en la Red. Algunos de esos puntos pensados para quien comunica en la Red pueden ser también aplicables en este caso. Aquí tienes 10 consejos que debes tener siempre claro cuando buscas y/o difundes información sobre diabetes en internet:

consejos para buscar con seguridad en internet información sobre diabetes
Siempre hay ciertas normas lógicas que deberíamos aplicar al buscar sobre salud en la Red (imagen: Pexels).

10 consejos para buscar sobre diabetes en la Red

1. ¿Quién es la fuente?

Cuando leemos una noticia en un periódico, sabemos que contrastan las noticias, que proceden de fuentes fiables, de agencias de prensa, que hay una serie de personas detrás validando cada una de las cosas que se publican. Y cuando leemos un post de Facebook, un tuit, un blog… que da una noticia sobre diabetes, prácticamente siempre esa noticia proviene de algún sitio. Citarla es un paso importante para ayudar a detectar la información fiable. Es cierto que no todos los que escriben en la Red son periodistas, pero sería deseable algo tan sencillo como citar las fuentes para divulgar informaciones tan sensibles como las de salud. Hoy día todos podemos hablar en la Red. Cualquiera puede montar un blog. O incluso -si es hábil en las redes sociales- puede conseguir posicionarlo bien y tener bastante audiencia. Pero el número de visitas no está directamente relacionado con el rigor o a la calidad de la información proporcionada. Cuando hablamos de salud en la Red (en nuestro caso diabetes), debemos aportar los datos necesarios para que nuestra información sea fiable. Citar las fuentes es clave.

2. El uno y el dos

Dos números que identifican a dos tipos de diabetes completamente distintas: en su génesis, en su evolución, en su tratamiento… Cuando busques información en la Red, ten en cuenta que (con permiso de variantes minoritarias como la monogénica MODY, la latente LADA, o incluso la gestacional) hay dos grandes grupos: el tipo 2 (mayoritario, abarca casi el 90% del total y es prevenible) y el tipo 1 (autoinmune). Mucho cuidado con leer informaciones de un tipo de diabetes y aplicarlas a la otra. En ciertas cuestiones, poco o nada tienen que ver. El uno es el uno y el dos es el dos. Si escribes sobre diabetes, ponle número. Y si lees, asegúrate de qué número estás leyendo.

[Tweet «¿tipo 1 o 2? Si hablas sobre #diabetESP ponle número «]

3. «Eso» del azúcar

Muchos de los que aportamos en la Red sobre diabetes no somos profesionales de salud, pero debemos tener rigor al referirnos o al citar ciertos aspectos o conceptos que tienen una terminología concreta. Vigila bien aquel sitio que no especifica, que es demasiado coloquial, que mezcla en un mismo balde conceptos que requieren distinta definición… quien en definitiva no llama a las cosas por su nombre. Eso es un indicativo de que es un tema del que no sabe casi nada y el peligro de esa información crece exponencialmente. «Eso del azúcar alto» es sencillamente, diabetes. Si yo no entiendo sobre ingeniería jamás podría hablar en mi blog sobre el cálculo de estructuras de un puente de tirantes. Sería un insensato, además de un osado estúpido. Pero sin embargo, sin ser ingeniero sí puedo dar mi opinión sobre cómo ha quedado un puente recién construido, dejando claro que esa es mi opinión personal. Por regla general, no esperes encontrar información de calidad sobre diabetes en la web de una revista de fitness, por ejemplo.

4. «Esto es así porque lo digo yo»

Nadie, por muchos años que tengamos con nuestra diabetes, podemos ni debemos sentar cátedra sobre aspectos que siempre serán personales y sujetos a múltiples variables. Quienes aportamos información personal siempre debemos identificarlo adecuadamente y separarlo de la información objetiva. Nunca confíes a ciegas en lo que alguien -sea quien sea- haga con su diabetes porque esa es SU experiencia, en SU enfermedad y bajo SUS circunstancias y variables. Tómalo como lo que es, una guía o una ayuda. Como bien dice el popular «dicho diabético»: cada diabetes es un mundo. No hay mesías en la diabetes; tan sólo una gran cantidad de información personal que nos puede ser útil.

5. Confía sólo en el hombre de la bata

El médico sólo es el de la bata blanca. Los demás no lo somos, ni siquiera vistiendo de blanco. Si hablamos de informaciones, sugerencias o consejos relativos al tratamiento que puedas leer en la Red, nunca hagas nada sin consensuarlas primero con tu médico. Porque sólo es él quien está autorizado y preparado para hacerlo. Nadie que no sea un profesional médico debería prescribir o recomendar pautas o procedimientos para tu diabetes. Mucha información que encuentras por internet relativa a experiencias personales con diabetes debes tomarla como una referencia o una ayuda que aumenta un poco más tu biblioteca del conocimiento en diabetes, y sólo tras hablarlo con tu médico podrías quizá sacar partido y utilidad a las experiencias particulares de otras personas.

6. Crea y cuida tus «favoritos diabéticos»

Con el paso del tiempo, uno va conociendo sitios web y cuentas de redes sociales con información que considera relevante para su diabetes. Y debes ser tú el que vaya filtrando todos esos sitios e ir quedándote sólo con los que cumplen. Crea ese listado y ve limpiándolo y actualizándolo con el paso del tiempo. No seas vago y haz el esfuerzo de ir separando el grano de la paja. En España tenemos grandes recursos de ayuda en diabetes: instituciones de salud, webs de organismos públicos y privados, asociaciones de pacientes, blogs y cuentas de redes sociales personales… Y si dominas el idioma de Shakespeare, las posibilidades se disparan exponencialmente. Ve almacenándolos en tus favoritos. Y porqué no, ayuda a otros difundiendo después tu lista a los demás. Eso puede ahorrar tiempo a otras muchas personas.

7. Cuidado con la primera página de Google

Como se ha explicado más arriba, los resultados que arroja Google sobre cualquier tema en su primera página no están directamente relacionados con la calidad de la información ni con su reputación. Al buscar «diabetes» te aparecen muy bien posicionadas páginas sobre «revertir la diabetes». Para intentar luchar contra eso, yo mismo estoy posicionando este post con esas palabras clave ;-). Para la gente, la primera página que ofrece Google suele ser sinónimo de calidad y acierto en su búsqueda. Y nada más lejos de la realidad. Me temo que si buscas algo, muchas veces te tienes que ir a esas olvidadas páginas 2, 3 y hasta incluso más allá de la desconocida 5, donde no sólo acaba el mundo, sino donde también hay links fiables.

[Tweet «#salud en la red: no fiarse de la 1ª pág. de Google»]

8. ¿Quién, cuándo y para qué?

Tres preguntas que debemos hacernos cuando leamos contenido de salud en la Red. El autor de la fuente siempre es algo que debe quedar claro. Incluso los medios de comunicación o agencias de prensa identifican a sus autores, algo que es especialmente relevante en una página web personal. Una noticia siempre debe quedar identificada no sólo por la fuente, sino también por su autor. A lo que hay que sumar algo tan importante como la fecha de publicación. Más de una vez se ha viralizado cierto contenido sobre salud que finalmente se ha descubierto que era caduco y su supuesta relevancia basada en la novedad no era tal. Si lees información, fíjate en las fechas de publicación y actualización. Y finalmente, ¿para qué? Identificar el propósito de una web que habla sobre salud es clave para definirla y categorizarla. No todos pretenden divulgar. Algunos camuflan la venta bajo la apariencia de divulgación. ¿Hay patrocinadores ocultos en ese sitio web? ¿Se les puede identificar claramente? Tener patrocinio no invalida la información, pero es ético dejar claro que en una web existe un apoyo por parte de una empresa. Y que el lector decida si hay un posible conflicto de intereses. Asimismo, una detallada normativa sobre los datos o política editorial del sitio web son siempre mayor garantía de seriedad.

8. El respeto al pez chico

De entre el panorama informativo al que puedes acceder cuando buscas sobre diabetes, debes aprender a distinguir algo aparentemente muy sencillo, pero que parece ser olvidado a veces por muchas personas. No puedes exigir lo mismo a una agencia de información de salud o a un hospital que a un particular en twitter o a un bloguero. Delante de tu ordenador ves sólo webs, nombres y avatares, pero tras ellas puede estar un pez chico o el pez grande. El pez chico lo somos las personas individuales que colaboramos en la Red, que lo hacemos sin ningún ánimo de lucro (gastándonos incluso nuestro dinero), sin recursos, sin ninguna ayuda, sin que nadie nos obligue o condicione, y sobre todo, a título personal. No puedes exigir lo mismo a la web de un centro de investigación en diabetes o un gran hospital que a alguien que dedica su tiempo libre a intentar ayudarte. Recuérdalo y sé respetuoso y justo cuando te comuniques con ambos peces: el chico y el grande.

9. Infórmate bien antes de divulgar

En numerosas ocasiones he podido comprobar cómo una información o noticia comienza a ser viralizada por la Red en cuestión de minutos con el mismo ansia con el que la han recibido sus primeros lectores: supuestas investigaciones maravillosas… prometedores ensayos clínicos de un dispositivo de ciencia ficción… a veces las noticias se expanden de manera global y la noticia no lo merece, o bien porque no tiene la suficiente credibilidad, o bien porque se encuentra en un incipiente estadio de investigación. O por muchas otras razones. Antes de comenzar a expandir una información por la Red, léela a fondo y decide si merece esa difusión. Tú haces también que internet sea como es. Y de tu criterio depende que las noticias sean difundidas racionalmente en función de su importancia real y no de la inducida por ciertas personas con intereses, o por muchas otras personas que retuitean o comparten si siquiera leer más allá del titular.

10. #NoSinEvidencia

Este hashtag suele utilizarse para denunciar públicamente a entidades, productos o personas que prometen o hablan de salud en la Red sin tener detrás el apoyo científico de la evidencia demostrada. En este terreno, mi paradigma personal es el de la homeopatía, una pseudociencia que a día de hoy aún no ha sido capaz de demostrar científicamente los beneficios de su particular propuesta a base de la dilución infinita de una sustancia para curar o tratar numerosos males de salud. Sé que tiene muchos defensores que afirman convencidos que les ha hecho bien, pero no quiero entrar en ese debate ahora. Yo estoy claramente en contra de ella y creo que -como decía al principio- no es lo mismo que alguien te diga una mentira inocua a que te digan una mentira que puede afectar a tu salud. Como todos sabemos, con la salud no se juega. Y me limitaré a mostrar una foto que vi hace un tiempo en Twitter. En ella se decía que un producto homeopático para tratar supuestamente la diabetes fue el causante de que la persona que lo estaba tomando (una niña) acabara en Urgencias tras abandonar su tratamiento con insulina y tomar ese placebo engañoso.

Desconozco la veracidad de esta información, pero me sirve para el tema del que estoy hablando hoy. Si fuera verdad, la irresponsabilidad y/o ignorancia de quien ha prescrito esto y de los padres de la niña no tendría perdón. No hay que jugar con vuestra salud y menos aún con la de vuestros hijos. Ninguna pastilla, jugo, extracto de nada conseguirá mejorar nada, y menos aún curar. La diabetes no se «revierte». Huid de remedios aparentemente mágicos o milagrosos. En diabetes tipo 1, el único tratamiento es con insulina y dieta adecuada.

INTERNET, TAMBIÉN COTO DE COBARDES E INSENSIBLES
Internet es también un lugar ideal para decir lo que nunca te atreverías a decir cara a cara. Por eso en la Red encontramos numerosos enfrentamientos en foros y redes sociales, con agrios intercambios de opiniones entre personas por las cuestiones más banales. Muy probablemente esas personas jamás llegarían a ese nivel de enfrentamiento si ese debate fuera cara a cara. Pero parapetarse tras una anónima IP es muy cómodo. Y eso sucede también en algunas personas que adoptan actitudes poco recomendables en foros y lugares de encuentro en redes sociales de salud. Si estás en un foro o una red social para hablar de diabetes, sé respetuoso al máximo. Y piensa que muy probablemente esa persona a la que hablas pueda estar desesperada como lo estabas tú en tu debut, y busca no sólo respuestas y soluciones, sino también comprensión y empatía, uno de los mayores valores que puede ofrecer el 2.0 a las personas con diabetes.

Credibilidad. Rigor. Evidencia. Fiabilidad. Cuando hablamos de salud en la Red, hay que ponerse serio. Y entre todos podemos conseguir que la búsqueda de información sea más fácil si colaboramos todos: los generadores de información, los altavoces de la misma o los consumidores de esa información. Todos hacemos un círculo en el que hacemos circular los contenidos de manera global. Y es responsabilidad de todos procurar que la difusión sea correcta en fondo y forma. Porque de ello nos beneficiamos todos. Olvídate de encontrar en internet la transmutación regresiva de tu diabetes mediante cataforesis inversa inducida por plasma de helio-argón. Ni siquiera por una mágica pastilla extraída de la inaccesible planta de Quechualitecan, nacida en las puras aguas de los altiplanos mejicanos. Y aún menos por los sabios consejos de un vídeo o un dvd con el sugerente titular de «Revertir la Diabetes». Busca información sobre tu diabetes y sobre salud en internet, pero hazlo para empoderarte, para ser mejor paciente, más formado y más capaz de gestionar la diabetes y tu salud.

¿Qué pautas sigues tú para buscar información sobre salud en la Red? ¿Crees que debemos tomar medidas de precaución en este tema? ¿Cuáles? ¿Qué medidas propones para hacer que sea más segura la búsqueda de información de salud en internet? Déjame tu comentario. Y si te ha gustado esta entrada, compártela en las redes sociales.

(1) SolomonMcCown.com «Healthcare in the digital Era». SocialMediaenInvestigación.com  (enlace externo en inglés).
Imagen destacada: Geralt (Pixabay).