Nuevo curso, nuevas esperanzas en diabetes

Los escolares viven septiembre como el comienzo de una etapa nueva. Un período que comienza ahora y llega hasta junio del año siguiente en el que cambiarán muchas cosas y en el que vivirán otras aún inciertas. No saben quiénes serán sus compañeros de clase. Si el chico o la chica que les gusta estará en su clase. Qué profesor les tocará. No saben si el curso será difícil o no. Desconocen qué amigos nuevos harán… qué experiencias vivirán… En definitiva, todo para ellos comienza cada año este mes de septiembre, de manera cíclica, cuando el nuevo curso escolar marca el comienzo de una etapa que va más allá de lo que sucede dentro del recinto escolar. Y a mi -como a muchos otros- me gusta también seguir usando el concepto del «curso». Y es ahora, es este inicio de etapa, cuando solemos pararnos a pensar cómo será nuestro año. A nivel laboral… social… emocional… qué acontecimientos relevantes podrían sucedernos en función de lo que quedó en suspenso antes del verano… Y cómo no, la diabetes también está presente en nuestra cabeza y no podemos evitar pensar en ella, haciéndonos preguntas como por ejemplo: ¿Tendré por fin esa glicosilada que ansío desde hace tanto tiempo? ¿Conseguiré que me den en mi hospital de una vez por todas un sistema de medición continua y no tener que seguir pagándomelo yo? ¿Aprenderé a contar raciones de HC? ¿Podré eliminar de una vez el fenómeno del alba que me trae loco desde hace mucho? ¿Me darán por fin la bomba de insulina que llevo tiempo pidiendo a mi endocrino? ¿Seré capaz de controlar mi ansia por la comida y poder por fin bajar de peso? Cada uno tenemos preguntas distintas que nos planteamos de cara al nuevo año laboral-escolar-vital. Pero también hay algo que de manera más genérica casi todas las personas con diabetes estoy convencido que piensan en algún momento: ¿Qué novedades saldrán este año? ¿Habrá algún avance relevante en diabetes? Y en esa duda -que más bien es una esperanza- todos depositamos siempre gran expectación, aunque no lo digamos abiertamente. Porque sabemos que estamos viviendo un momento especialmente interesante en la evolución del control de la diabetes.

nuevo curso, nuevas esperanzas en diabetes
Muchos hacemos del curso que comienza un momento en el que marcar unos objetivos a un año vista (Cristina Abadía para Pixabay, modificada).

Y en ese momento estamos ahora. Retornados casi todos de las vacaciones, nuestra vida «normal» ya ha vuelto y comienza ese curso vital en el que entre otras muchas cosas, tenemos también deseos y esperanzas con la diabetes. Y es precisamente en septiembre cuando muchas de esas novedades y avances próximos que ansiamos conocer se presentan en el prestigioso Congreso de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD) (enlace externo en inglés), que cada año se celebra en una ciudad europea. Este año 2019 tiene lugar precisamente en España, en Barcelona del 16 al 20. Y aunque es un congreso científico para profesionales de salud, yo tendré la suerte de poder estar un año más acreditado como prensa para poder recabar toda la información que pueda y trasladárosla después a través de este blog, cosa que haré sin falta nada más volver de Barcelona.

Yo, al igual que todos los que me leen (ya sean pacientes o profesionales de salud), tengo muchas esperanzas puestas en este nuevo curso que en diabetes pinta muy interesante. Este año vamos a tener en el mercado más de un sistema bomba-sensor con basal automática. Tendremos la introducción de un nuevo sistema de bomba de insulina de tamaño reducido y sin tubo. Tendremos evoluciones de sistemas ya conocidos de medición intersticial. Tendremos más datos y evidencia científica sobre la influencia de las tecnologías en el control de la diabetes. Podremos conocer la evolución y los ensayos de los nuevos sistemas bomba-sensor que están aún en desarrollo y que disponen de un alto nivel de automatismo; sistemas que están a tan sólo un escalón del ansiado (y mal llamado a mi juicio) «páncreas artificial». Conoceremos los resultados de las nuevas generaciones de insulinas «ultramegahiperrápidas» (¿cómo se les va a llamar cuando hace mucho que se usó el término rápida?), o el mayor nivel de eficacia en la gestión del big data de la diabetes en aras de un mayor control de la enfermedad… Pero volviendo a aquello del nuevo curso y los deseos de cada uno, yo en cuestión de control de la diabetes no me quejo. Creo que tengo un control más que aceptable y sobre todo un ratio dedicación-resultados equilibrado, algo para mi crucial para poder tener calidad de vida. Sin escorarme ni hacia la obsesión (algo que estoy viendo cada vez más por la llegada de las últimas tecnologías) ni hacia el descontrol (que todos coincidimos en lo peligroso que es). Por ello, no tengo muchos propósitos «diabéticos» por cumplir, así que mi deseo se centra sobre todo en las novedades y en el acceso universal a ellas.

El curso está a punto de comenzar y tengo un estuche nuevo con sus accesorios. Hasta lleva un transportador, que no se utiliza nunca para nada. He forrado los libros, he comprado una mochila de Star Wars y estoy listo. Aún no sé lo que pasará con la gran mayoría de mis esperanzas y deseos en lo laboral o emocional, pero en diabetes sí podré saber qué se cuece en poco más de diez días. Y yo os lo contaré a la vuelta.

Y tú, ¿qué esperanzas o deseos tienes en diabetes para este nuevo curso?