¿Me he puesto la insulina? ¡No lo sé!

Todos tenemos miedos. Algunos son racionales o entendibles. Otros irracionales y absurdos, pero ambos se sufren igual. Y las personas con diabetes también tememos ciertas cosas, entre las que destacarían (no necesariamente por ese orden):

1. Que las tiras reactivas dejen de estar soportadas por el Sistema Nacional de Salud

2. Las hipoglucemias

3. Pincharse dos veces por error

 

Y sobre el número 3 es de lo que voy a hablar. Pincharse dos veces por error sería algo con consecuencias bastante peligrosas. Un mal trago como mínimo. Más de uno y más de dos alguna vez han pasado por ese trance, y se han tenido que comer hasta las frutas decorativas de la bandeja que hay en la mesa del comedor. Todos sabemos (o imaginamos al menos) lo complicado que puede ser si por una equivocación nos ponemos doble dosis de insulina ultrarrápida. Y por eso -y siempre insisto en ello- el momento del pinchazo debe ser -como dicen en el anuncio de tv- «tu momento allbran». Un par de minutos en el que -si miras alrededor- todo va como a cámara lenta y nada te puede distraer. Son dos minutos de máxima concentración en los que debes tener claro qué estás haciendo y lo que ello implica. El carácter cotidiano y rutinario de la dosis de insulina es precisamente su mayor peligro. No podemos dejarnos llevar por la rutina y permitir que una conversación, un programa de televisión o mirar lo que hace el niño pueda distraernos en ese sagrado momento. Por eso hay que abstraerse de todo y poner la máxima atención. Cada uno tiene sus protocolos o rituales. Yo tengo el mio. Planto la pluma y la aguja encima de la mesa junto a mi plato. Y cuando voy a comer, si está ahí la aguja sin desprecintar, es que no me he pinchado. Y si está desprecintada quiere decir que me he pinchado. De entre los distintos sistemas que he ido probando a lo largo de los años (y he probado unos cuantos, a cual más retorcido), me parece el mejor hasta la fecha.

Y alguna vez todos hemos pensado… ¿no sería sencillo incorporar un indicador de hora o de dosis a la pluma de insulina? pues sí. Es sencillo. Y de hecho existe y se comercializa. Lilly o Novo comercializan plumas con un display que indica la dosis y/o la hora a la que te has pinchado. Pero aquí no están disponibles. Por eso en el Reino Unido alguien tuvo la idea de convertir nuestras actuales plumas de insulina en un dispositivo que nos chivara si nos hemos pinchado o no de una manera sencilla. Y así nació Timesulin. Un capuchón para las pluma de insulina que incorpora un pequeño display digital en el que marca el tiempo desde que se abrió la pluma por última vez. Simple y efectivo.

 

Por supuesto, Timesulin está disponible para las plumas de insulina más frecuentes, y tan sólo exige una precaución: no tirar el capuchón cuando termines la pluma de insulina. Ese error te puede salir caro. Pero si no cometes ese desliz, la vida útil del capuchón es más o menos la vida de la pila que incorpora (el fabricante dice que sobre un año aproximadamente). Es lógico, ya que aunque la pila durara más, los plásticos de los que está hecho el capuchón van cogiendo holguras y perdiendo rigidez, lo que hace que los ajustes sean peores y el aparato no funcione del todo bien.

timesulin

Timesulin es por tanto un invento sencillo y eficaz, que permite un alivio psicológico de uno de nuestros mayores miedos: el pincharnos dos veces la misma dosis. ¿Me he pinchado ya? Cuántas veces nos habremos hecho esa pregunta. ¿Y qué hago ahora? Hacer una misma cosa repetida un mínimo de 4 veces al día y durante todos los días de tu vida te lleva siempre a la rutina de hacer a veces las cosas sin pensar y sin darte cuenta. Por mucho que te concentres es darte cuenta de lo que estas haciendo, y por importante que sea, la posibilidad del error está ahí y puede pasar.

Aquí tenéis su web donde poder comprar el Timesulin para el modelo de pluma que utilicéis: Timesulin

 

Oscar López de Briñas Ortega
@oscarbrinas