Lilly también trabaja en su bomba de insulina híbrida

Suelo comentar en mis charlas que estamos viviendo un cambio de etapa en el control de la diabetes; de la monitorización capilar a la intersticial. Un paso que no se produce de manera inmediata, pero que es inexorable y más pronto que tarde se extenderá y universalizará para -como mínimo- todas las personas que más lo necesitan; los tipo 1. Pero paralelamente a este momento tecnológico que vivimos con la medición intersticial, hay otra área que se ve directamente afectada por las mejoras en esta tecnología de medición: las bombas de insulina. Uno de los motivos por los que aún no hemos llegado a una bomba de asa cerrada es porque faltaba una de las patas fundamentales de este banco: la medición de glucosa fiable. Y ya hemos llegado a un punto en el que podemos hablar de exactitud suficiente en la medición intersticial. Hemos superado la barrera del 10% MARD y seguimos bajando la cifra. Con este hito conseguido, son muchos los proyectos que a día de hoy están trabajando en software de páncreas artificial. De momento no llegan a ser páncreas artificial real, sino sistemas que denominan «híbridos» y que lo que automatizan es la tasa basal. O sea, que durante el día la bomba funciona sola infundiendo o deteniendo la infusión según sus cálculos y estimaciones, y el usuario sólo tendría que preocuparse de la medicación durante las comidas, introduciendo los bolos correspondientes de modo manual. Este software automatizado está siendo desarrollado de manera simultánea en distintos proyectos a lo largo de todo el mundo, y los grandes fabricantes de bombas de insulina y de medición continua ya han establecido alianzas para el próximo lanzamiento de estos sistemas, algunos de los cuales o están ya en el mercado o a punto de llegar. Pero no sólo los grandes fabricantes de tecnología de diabetes están en estos proyectos. También es interesante para otros grandes de este negocio, como por ejemplo los fabricantes de insulina. Y la norteamericana Lilly quiere subirse a un interesante mercado que está por explotar (se supone que la nueva generación de bombas semi automáticas las hará más interesantes que hasta ahora y su tasa de implantación subirá). Y está trabajando también en su propio desarrollo de bomba de insulina semiautomática, que de momento se llama de manera genérica Automated Insulin Delivery System (Sistema de administración automática de insulina).

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Sede del Centro de Biotecnología de Eli Lilly
Sede de uno de los centros de Biotecnología de Lilly (Imagen: Konrad Fiedler/Bloomberg via Getty Images).

¿Y cómo es la bomba sin nombre de Lilly?

El sistema creado por Lilly de momento no tiene un nombre oficial y es denominado con su acrónimo AID (Automated Insulin Delivery System). Un trabajo del que ya hablé en su día en este blog en la sección de noticias. Consiste en una bomba de tamaño muy compacto y pequeña. Tendría unos 5 cm. de anchura, muy poco grosor (más fina que las actuales bombas parche) y con una forma parecida a una especie de disco. Lógicamente, este aparato estaría conectado a un medidor continuo (en este caso el nuevo Dexcom G6). Con ambos dispositivos unidos, los algoritmos de la bomba de Lilly ajustarían la administración de insulina basal cada cinco minutos para mantener la glucosa dentro del rango. Esta bomba tiene la particularidad de que puede ser usada como tipo parche, o también con tubo de diferentes longitudes, en función de dónde queramos llevar la unidad. Asimismo, no dispone de pantalla ni de botonadura. Tan sólo un único botón que sirve para administrar bolos. Todo se gestiona desde un mando de control que sería el smartphone. Al igual que otros modelos de bomba de insulina, este aparato dispone de una capacidad de 300 unidades de insulina. Y de momento desde Lilly afirman que se puede rellenar manualmente o con cartuchos precargados; algo lógico y esperable ya que ellos mismos fabrican la insulina, con lo que ellos mismos cierran el círculo.

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Automated Insulin Delivery System

Lógicamente, la AID de Lilly hace lo mismo en lo que están trabajando el resto de fabricantes: una bomba de insulina que automatiza la tasa basal y con la que sólo hay que actuar en el momento de las comidas mediante la introducción manual de la insulina (como se hace en la actualidad). El resto del día la máquina ajusta automáticamente la infusión proporcionando más o menos insulina en función de las glucemias que le envía el sensor. Algo importante en este AID Automated Insulin Delivery System es que todos los algoritmos de control se encuentran en el dispositivo de la bomba, lo cual permite que si no tenemos el smartphone a mano, el sistema sigue funcionando sin problema, ya que tan sólo necesita comunicarse con el Dexcom G6 que tiene a escasos centímetros de distancia. Unos algoritmos que han sido desarrollados por Class AP, un grupo de investigadores con sede en Montreal, los cuales ya han realizado los primeros ensayos clínicos (enlace externo en inglés) para testar su seguridad, aunque aún deben realizarse más que están en curso. Asimismo, hay que destacar que Lilly también adquirió el algoritmo bihormonal de Class AP, que dosifica insulina y glucagón al mismo tiempo. Una idea (la de bomba con insulina y glucagón) que ya explota y trabaja sobre ella también el proyecto iLet de BetaBionics (enlace externo en inglés). Sin embargo, la idea inicial es lanzar el sistema sólo con insulina en una primera fase. También hay que decir que Lilly es a la vez un inversor en BetaBionics, por lo que está presente en ambos proyectos, en un claro intento -como ya hacen otras compañías- de estar dentro del mayor número de ensayos posibles, de cara a estar en el que pueda salir victorioso… o más exitoso. La impaciencia de las grandes empresas y la convicción de que esto es el futuro de la diabetes es evidente tras todos estos movimientos que están haciendo para hacerse o estar presentes en uno o varios sistemas de bombas de insulina híbridas.

Aún se desconoce el aspecto de la nueva bomba de insulina inteligente de Lilly
El aspecto del nuevo hardware de Lilly es aún un misterio. No hay ni una fotografía aún. (imagen: Pexels).

El futuro está en el móvil

Todos tenemos claro que la comodidad y la calidad de vida están o deben estar siempre en primera línea a la hora de desarrollar hardware para la diabetes. Facilitar la vida, simplificar, automatizar… son verbos que deben tenerse en cuenta por parte de las empresas que trabajan creando estas tecnologías. Y una de las cosas que más nos interesan en la diabetes tipo 1 es simplificar. No llevar más trastos de los innecesarios. Por eso, en una época en la que todo se puede hacer con el smartphone, que aún no podamos gestionar las bombas de insulina con él es algo que cuesta entender y que está provocando que tengamos que cargar con bombas de insulina excesivamente grandes, o con receptores dedicados que sólo nos llenan aún más los pantalones. Queremos que estos dispositivos (todos) se gestionen desde nuestro teléfono. Porque ese es el futuro inexorable. Por ello, Lilly -al igual que otros fabricantes- está trabajando en dos formas de comunicarse y gestionar la bomba; la primera mediante un receptor dedicado (como por ejemplo el de Omnipod o el de la Accu-Chek Insight), o también mediante nuestro smartphone. Aunque técnicamente hace tiempo que se podría controlar una bomba desde nuestro teléfono sin ningún problema, las actuales regulaciones son restrictivas en ese aspecto y hay que esperar a que se consiga salvar ese escollo para que en breve empecemos a ver bombas de insulina manejadas desde el smartphone. Por ello, podría ser que este nuevo dispositivo salga al mercado con su propio receptor y posteriormente se pueda realizar la gestión integral ya únicamente con nuestro smartphone. Pero en ambos casos parece que la mano de Dexcom se deja notar en el interface de control del sistema híbrido, ya que Dexcom lleva ya años colaborando en multitud de sistemas en desarrollo y conoce bien lo que debe incorporar un sistema híbrido.

[Tweet «La bomba de insulina híbrida de @LillyDiabetes será pequeña y discreta #diabetESP «]

Lo que me interesa: ¿cuándo?

La pregunta del millón. En Lilly hablan de 2020-2021. La información disponible actualmente sale de una presentación que realizaron a principios de año en Lilly en Estados Unidos para una comunidad de informadores de diabetes de aquel país denominada Lilly Diabetes Bloggers (enlace externo en inglés) y a la que acudió DiaTribe, a los que se les invitó a visitar el Centro de Innovación de Lilly en Cambridge (Massachusetts), todo un polo de innovación tecnológica en diabetes. Hubiera dado un dedo (del pie, que se ve menos) por estar allí. Estos son unos encuentros habituales en Estados Unidos, pero que se echan mucho de menos aquí en España, ya que no está permitido por ley. La falta de información que tenemos es abismal en comparación con norteamérica. Y diría que incluso comparado con el resto de Europa. En cualquier caso, internet es un logro maravilloso de la humanidad y podemos saber cosas por la red de redes que aquí os resumo en este artículo. Aunque lo que no se puede saber aún es qué aspecto tendrá este AID de Lilly, ya que en este evento no se permitieron fotografías, por lo que no hay testimonio gráfico de este interesante dispositivo que llegará en poco tiempo. Y viendo lo que tenemos pendiente por salir en el mercado de las bombas de insulina, en 2020 ya tendremos opciones en el mercado de las bombas de insulina inteligentes. La cosa está muy interesante. Diría que apasionante. Creo que más de uno que dice no gustarle las bombas de insulina va a cambiar de opinión en los próximos dos-tres años…

Fuente: DiaTribe (enlace externo en inglés)