La mosca del inodoro y el tiempo en rango

Se dice que fue en los años 60 en el aeropuerto de Schiphol (Amsterdam) donde empezó a aplicarse una técnica de condicionamiento psicológico muy sencilla, pero altamente efectiva para conseguir un elevado fin. Y ese fin no era otro que lograr que los hombres apuntaran bien al orinar en los baños públicos de aquellas instalaciones. Una tarea aparentemente sencilla, pero que en la práctica demostraba una alta tasa de ineficacia (o más concretamente de puntería) por parte de los muchos usuarios del aeropuerto, que meaban en todas partes excepto dentro del dichoso agujero. Aquello obligaba a sus servicios de mantenimiento a realizar continuas limpiezas en los aseos con el consiguiente incremento del coste de esa partida. Parece ser -tan sólo parece- que de manera innata, el instinto cazador del humano masculino está presente hasta en las situaciones más insospechadas, incluso mientras mea. Es tal ese instinto que se siente iremediablemente tentado de apuntar con su chorro asesino a un animal que pueda inmovilizar. Y bajo esa premisa no demasiado científica se comenzó a poner dentro de los inodoros del aeropuerto el dibujo de una mosca. Pues mano de santo. Aquella mosca de mentira se convirtió de manera milagrosa en la diana de todos los viajeros que echaban una meada en Schiphol antes coger su avión. Y todos sin excepción intentaban jugar a dar al insecto con sus micciones. Resultado: las necesidades de limpieza de los aseos del aeropuerto bajaron un 80%, lo cual redujo enormemente los gastos de mantenimiento en esa partida. Moraleja: pon un objetivo claro y la persona tendrá una motivación poderosa.

adhesivo de mosca en el inodoro
Apuntar a nuestro TIR en diabetes es como mearle a la mosca del inodoro (imagen: toiletmarksman.com)

Tradicionalmente, en diabetes nuestro objetivo ha sido la hemoglobina glicosilada. Pero se trataba de un objetivo difuso y sobre todo oculto. En la vida cotidiana de una persona con diabetes no se podía saber si estabas cumpliendo ese objetivo. Si estás lejos, cerca, lo has rebasado con creces… Hasta que no llegaba el día de la visita al médico, no sabías si ibas a dar en esa diana o la ibas a superar. Más que diana, era todo un examen del que no conocías las preguntas. Pero hoy día, con las tecnologías de medición intersticial sabemos en todo momento qué tenemos, cómo va el control de la diabetes… y hemos dejado atrás a la potencialmente engañosa glicosilada, que como todas las medias, encierra la funesta posibilidad de que dos personas con la misma cifra tengan una un control óptimo y la otra pésimo. Hoy, el nuevo totem de la diabetes es el tiempo en rango (puedes leer más sobre el TIR aquí), que si es bueno va a implicar sí o sí una buena HbA1c. El tiempo en rango sí que es una diana auténtica. Podemos entrar en ella y dar con todos los dardos en la zona… podemos dejar algún dardo fuera… pero el resultado nos va a dejar muy claro a cada minuto cómo estamos controlando la diabetes. Y saber si estamos cumpliendo es tan fácil como echar una ojeada a nuestras estadísticas, disponibles tanto en el smartphone como en el ordenador. Si se me permite la metáfora poco elegante, hoy la diabetes tiene en el tiempo en rango TIR a su mosca a la que hay que mearle encima, como lo hacían aquellos aplicados viajeros de Schiphol sobre el inodoro. Y esa mosca de aquellos sanitarios es nuestra zona verde del tiempo en rango. Ahí es donde uno debe mear sin salirse. Y ese objetivo es -al igual que la mosca- tangible y alcanzable. Y por supuesto medible en el día a día, cosa que no era la hemoglobina glicosilada.

Hoy, apuntar a la mosca es jugar a meter las glucemias en ese rango estandarizado de 70-180 mg/dl. Meterse con  la mayor parte de las glucemias en rango es desde luego un objetivo alcanzable y puede convertirse en casi un juego (que nadie se moleste con la comparación). Pero independientemente de la dificultad de mear a la mosca en diabetes (que para algunos será más sencillo de conseguir que para otros), apuntar al tiempo en rango es una motivación mucho más clara que pretender que un paciente baje del 7% cuando este medía sus glucemias con pruebas capilares puntuales. Creo además que una de las ventajas de estos sistemas de medición intersticial es precisamente la motivación y la adherencia que logran entre sus usuarios. Ver en todo momento qué está pasando en tu diabetes es altamente motivador; empuja a actuar. Así que… mea en la mosca, por favor.