Hace tiempo todos nos alteramos cuando conocimos una posible relación entre cáncer e insulina glargina (Lantus). Aquel estudio inicial según parece no gozaba de todos los niveles de seguridad necesarios para establecer esa conclusión, y por tanto era necesario asegurarse para salir de dudas al respecto de tan inquietante asociación. Uno de los estudios posteriores denominado ORIGIN (realizado por Sanofi) extrajo conclusiones distintas que nos dan mucha más tranquilidad al respecto. Ese estudio afirma que manteniendo el objetivo glucémico durante más de seis años (hablamos siempre de personas con diabetes tipo 2), la insulina glargina tiene un efecto neutral sobre los objetivos cardiovasculares y el cáncer. No encontró por tanto asociación reseñable entre la insulina glargina y el cáncer, lo cual dejó a todos los pacientes mucho más tranquilos tras el revuelo ocasionado inicialmente.
Insulina glargina y cáncer: ¿dónde quedó la alarma?
