Hasta ayer era un pringao

Si no tienes un blog, eres un pringao. Eso es lo que llevo pensando hace ya algún tiempo. Sobre todo desde que me he ido metiendo en esto de los social media. Twitter, Facebook, Instagram, Pinterest, Linkedin, Google+, Netvibes, WordPress, Scoop.it, CRM tools… y un montonazo más de siglas, redes sociales y plataformas sociocibernéticas en las que, si no estás, no eres nada. O eso al menos es lo que te dicen los expertos, gurús, profesores, y personas del mundillo a las que siempre debes hacer caso, aunque sean insultantemente jóvenes; mucho, mucho más que tú, que ya peinas canas.

Desde hace ya unos cuantos años he ido adquiriendo un mayor nivel de compromiso en esto de la salud y más concretamente, en la diabetes, hasta llegar a convertirse casi en un trabajo, pero sin cobrar. Como buen dinosaurio diabético que soy (28 años con la dulce compañera a cuestas), creo que mi deber es ayudar a los demás. Lo llevo haciendo desde hace más de 10 años en mi asociación (www.asvidia.org), lo llevo haciendo desde hace algunos años a través de los foros, y lo he empezado a hacer desde hace unos dos años en las redes sociales. Creo que son una herramienta bestial a la hora de poder ayudar; ya sea dando información, haciendo pedagogía, publicando entradas en blogs ajenos, etc.

Aquí comienza por tanto mi discontinuo y aún indeterminado blog, en el que sobre todo, trataré de ayudar a mis congéneres. Proporcionando lo único que puedo dar: información y mi experiencia. La experiencia de un maestro Jedi -hiperglucémico a ratos- que aún hoy sigue sin entender muchas cosas de esta puñetera jodienda que algunos llaman diabetes.