Probando, probando… Flanes y natillas Diabalance

Cuando yo empecé con mi diabetes (allá por el principio de los tiempos, poco después de desaparecer los triceratops), la máxima establecida por tu endocrino era la siguiente: «huye del azúcar como del diablo». Y si tenías un capricho o una necesidad imperiosa de recordar aquel sabor llamado «dulce» que se te tenía vetado, podías hacerlo -con suma moderación, eso sí- acudiendo a los productos sin azúcar que por entonces tímidamente asomaban tan sólo en las particulares y a veces discutibles tiendas de dietética y herboristería, donde en ese totum revolutum, lo mismo encuentras productos respetables y saludables que uno engañoso que tan sólo puede cumplir un efecto placebo. Pues bien, en aquellas tiendas, yo me compraba mis galletas sin azúcar, magdalenas sin azúcar, membrillo sin azúcar… casi todo con un sabor bastante repugnante y endulzado con la no menos desaconsejable fructosa, que como bien conoceréis los dinosaurios diabéticos, producía una traicionera subida y era un sustitutivo del azúcar muy difícil de controlar y prever.

Por suerte para todos, aquellos lejanos años quedaron atrás, y hoy día no sólo han cambiado las pautas, protocolos y tratamientos de la diabetes, sino también los productos «alternativos» o funcionales. Los cambios en el tratamiento han permitido que las glucemias sean mucho más controlables, hasta el punto de que (si el paciente es experto contando HC) pueda comer productos con azúcar en un momento dado. Pero esto ha creado una especie de guerra de bandos entre los pacientes: los que critican y rechazan con vehemencia los productos sin azúcar y los que los defienden. Yo he tenido debates sobre esta cuestión que nunca se podrá decantar hacia un lado. Como suele pasar, ambas posiciones son correctas bajo determinadas circunstancias. Yo soy de los defensores de los productos SIN: menos HC, menos insulina para metabolizarlos, menor pico glucémico al no contener sacarosa, una correcta formulación dietética… PERO estas supuestas ventajas no son en todos los productos. Cada vez con más razón, debemos leer con atención las etiquetas de los alimentos para ver su composición y su reparto de principios inmediatos. Por eso hoy día ese debate que comentaba entre SIN y CON se diluye cada vez más, y por eso a veces nos llevamos sorpresas cuando analizamos las etiquetas de los productos (ver análisis que hice sobre galletas en el blog de la Asociación Vizcaína de Diabetes aquí).

Personalmente, me gusta estar al tanto de todo lo que sale en el mercado de los alimentos «especiales» para personas con diabetes. Básicamente -como persona de referencia que soy y a la que piden consejo otros pacientes con diabetes- para saber si puedo o no puedo recomendarlos. Y aquí hablaré ahora de varios productos que han salido a la vez al mercado dentro de una gama completa de alimentación pensada para las personas con diabetes: me refiero a la gama DIABALANCE.

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BALANCELABS es una división creada por el Grupo Pascual y Laboratorios Esteve que nace para aportar soluciones específicas en salud y nutrición y que lanza al mercado bajo la marca DIABALANCE. En esa gama de productos Diabalance, podemos encontrar zumos, leche, pan de molde, natillas, flan, snacks, pasta, galletas, barritas y bebidas energéticas, geles de glucosa y productos específicos para el control de peso. Pero hoy hablaré de dos de ellos que he podido encontrar en un supermercado: los flanes y las natillas.

Al igual que el resto de su gama Diabalance, presentan una baja carga glucémica, con lo que ayudan a evitar el pico posterior postprandial. Como dato más curioso, tanto los flanes como las natillas no necesitan frío para su conservación debido al tratamiento térmico al que son sometidos en fábrica. En los yogures, esa cualidad les hace perder su denominación y por ley, deben llamarse «postres lácteos», pero en este caso tanto el flan como las natillas, pueden seguir llamándose igual, ya que no sucede como en el yogur, que en ese proceso pierde la flora bacteriana.

Los ingredientes tanto del flan como las natillas son correctos y no hay ninguno no recomendable o mínimamente sospechoso. Y en cuanto a sus principios inmediatos, aquí viene una de sus bazas: son muy bajos en HC. El flan tiene 8,4 g. de HC y la natilla 7,8 g. de HC, cantidades muy bajas en comparación con sus homónimos azucarados. Un punto a favor que nuestras glucemias agradecerán, ya que además, el endulzante utilizado es básicamente sucralosa. Un edulcorante creado a partir del azúcar común y que es absorbido parcialmente en el tracto intestinal (al igual que los polialcoholes). En cuanto al otro principio inmediato que nos interesa, las grasas, en el caso de las natillas es del 2,7% y en el flan del 2,4%, procedentes lógicamente de los lácteos con los que se crean. Por tanto, a nivel nutricional, sus valores son correctos y recomendables. Pasemos a sus propiedades organolépticas.

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Tanto el flan como las natillas tienen un sabor y una textura más que correctas, muy similares a sus versiones con azúcar. La sucralosa es un edulcorante muy estable a cualquier temperatura y eso tiene que ver en el resultado. Quizá los más sibaritas y con paladar más fino detecten como yo que el dulzor no es tan natural como el del azúcar, pero es un matiz que -insisto- no todos captarían. Por tanto, su presencia y su sabor son muy buenos. Recordar que las natillas se venden en dos sabores; vainilla y chocolate. Como suele pasar, el sabor del chocolate digamos que es más difícil de lograr, además de que es mucho más subjetivo y expuesto a preferencias y varianzas, con lo que yo personalmente, me quedo con el sabor vainilla, que me parece más correcto.

La verdad es que mi nota es alta para estos dos productos de la gama Diabalance, y me parecen recomendables para quienes -como yo- procuran evitar el consumo de azúcar común no sólo por sus glucemias, sino también por su salud. Mis felicitaciones a BalanceLabs por esta gama de productos. No por hacer productos para personas con diabetes: eso lo hacen muchos. Sino por hacerlo bien, con ingredientes adecuados y nutricionalmente saludables. Otro día os hablo de las galletas Diabalance.

PD: No tengo ninguna vinculación ni conflicto de intereses con Diabalance. Tan sólo me enviaron a casa un lote de productos para que los pruebe, sin absolutamente ninguna contrapartida ni obligación por mi parte. Siempre me ha gustado informar sobre los alimentos para personas con diabetes, y es lo que he hecho una vez más con este artículo. A veces hay que decir cosas que no me gustan, pero hoy sí me ha gustado lo que he probado.