¿Es el FreeStyle Libre una revolución?

FreeStyle Libre una revolución
Mucho se ha dicho últimamente sobre este aparatito que parece que tiene a la gente un poco revolucionada. ¿Por qué? si tan sólo es otro «medidor continuo» (como lo denominan). ¿Es realmente este interés justificado? He vivido durante 28 años con diabetes y he conocido muchas evoluciones, pero pocas revoluciones. Quizá la primera fue el paso de la medición de glucosa en orina a hacerlo en sangre. Otra fue la aparición de las insulinas ultrarrápidas. Y quizá una tercera podría ser la aparición comercial de los primeros medidores continuos. ¿Es el FreeStyle Libre una revolución? (ver el análisis del FreeStyle Libre aquí) ¿Y si no lo es, porqué tanto alboroto? En mi opinión, el Libre podría llegar a serlo si se cumplen las expectativas generadas. Digamos que tiene «mimbres», pero aún debe demostrar algo. No olvidemos que ni siquiera está aún a la venta. Pero en cualquier caso, para este asunto hay varios factores (algunos pertenecientes al ámbito del marketing y la estrategia) que hacen que el Libre sea algo que nos suscita interés. Sobre todo hay dos que yo destacaría:

  1. El primero, que venga avalado por «rumores» de mayor exactitud. Las personas de la calle no asistimos a congresos, ni tenemos información de ensayos clínicos. Ni tan siquiera podemos ver en directo lo que sale al mercado hasta que no nos lo enseña o habla de ello nuestro endocrino. Pero tenemos internet en casa. Y algunos que estamos más al tanto de lo que se cuece por ahí, habíamos escuchado que este aparato mejoraba todo lo anterior.
  2. Y en segundo lugar, su precio. Receptores de más de 1000€ contra los 59€ del Libre. Eso es estar a años luz de la competencia. Y en los sensores, su tecnología también permite el abaratamiento con respecto a la competencia por mucha diferencia.
[Tweet «¿Es el #FreeStyleLibre una revolución o sólo una buena campaña de marketing? #diabetes «]

Ambos factores han hecho que yo note en la gente durante estas semanas una sensación bastante generalizada que se asemeja a una especie de cabreo, de frustración, de pataleta… La gente percibe en el Libre algo especial; hay un especial interés por él. La gente quiere (queremos) el Libre, pero aún siendo infinitamente más barato el receptor y mucho más barato el sensor, sigue siendo un dinero que no todos pueden (podemos) permitirse. Quizá sea eso: que está ahí; al alcance de la mano, pero no llegamos a tocarlo con la punta de sus dedos. 120€ sigue siendo una cantidad mensual que aún no es como para una implantación popular y masiva.

Un servidor cree que irremediablemente, los sensores de medición continua (ya sea el Libre u otro sistema) acabarán entrando en el SNS. Si ahora mismo yo tuviera que pagarme de mi dinero mis consumibles, me saldría mucho más barato comprar cada mes 2 sensores de Libre que las 4 cajas de tiras reactivas que utilizo en la actualidad. Y esto es un inicio bastante prometedor para que a medio plazo, esta tecnología pueda ser objeto de negociación con nuestro sistema de salud, y finalmente incorporada para determinadas tipologías de pacientes con diabetes. Otro detalle más que provoca mucho interés; sus consumibles son relativamente asequibles en comparación con la competencia, y eso da esperanzas a que bajen más de precio o que a medio plazo, la administración sanitaria pueda negociar con Abbott precios de compra más bajos.

En cualquier caso, sea cuando sea ese soñado día en el que dejemos las tiras, hay algo muy bueno en este «alboroto diabético» que ha organizado Abbott con su Libre. Por un lado, esto tiene que activar a la competencia si no quiere quedar descolgada y perder su cuota de mercado en un producto que debe por méritos propios ser un sustituto natural de la medición capilar. Y ahí ganamos todos. Y por otro lado (aunque parezca una tontería, no lo es), los 59€ que cuesta el aparato receptor te permiten probar sin miedo, y si no te fuera bien, sólo habrías gastado 59€, no 1500€. Y en ese caso seguirías teniendo en tus manos un medidor tradicional capilar que además, tiene calculador de bolo y mide cuerpos cetónicos. O sea, que cualquiera puede probarlo para ver qué tal le va, cosa que no puedes hacer con otros dispositivos prohibitivos. El dilema es… ¿Y si me gusta y no lo quiero dejar?

¿Es entonces el FreeStyle Libre una revolución? Creo que el tiempo lo dirá. Lo sabremos en breve, cuando sean muchos los que ya lo han probado y podamos sacar una impresión generalizada, que es lo realmente útil, más que opiniones sueltas como la mia, que sinceramente, de momento le encuentro más pros que contras en los 11 días que llevo usándolo.