Hace unos días se hizo pública una noticia que ya se había filtrado en los corrillos dulces: el Presidente de FEDE Andoni Lorenzo presentaba su dimisión para -según sus palabras- iniciar una nueva etapa en su vida profesional. Suerte a Lorenzo en esa nueva etapa profesional y suerte sobre todo y especialmente a FEDE también en esta nueva etapa que se le abre y que le brinda una gran oportunidad; la de trabajar para convertirse en una entidad potente y representativa.
No puedo evitar la ocasión para hacer mi lista de deseos para la nueva FEDE: ser más próxima a pacientes y asociaciones locales y hacer realmente lo que sus socios desean. Ser conciliadora e integradora y aglutinar a todas las organizaciones del país. Entender que muchos pueden querer ir hacia un mismo destino pero en diferentes medios de transporte. Ser una entidad muy transparente y elegir con tiento sus acciones y colaboraciones… En definitiva, convertirse en una entidad que aglutine a todos los que tenemos diabetes, una enfermedad mayoritaria que sin embargo nunca ha contado con un órgano representativo con el músculo y la empatía que se merece, como sí ocurre en otras patologías. Muchos deberían preguntarse porqué. Espero y deseo que su nuevo Presidente tenga claro todo esto y haga efectivo por fin ese deseo tan repetido por FEDE de unión, más que el de desunión. Yo lo deseo de verdad. Porque la comunidad de personas con diabetes necesitamos y merecemos una FEDE fuerte. Somos más de cinco millones y medio de personas en España con diabetes. Debería bastar un puñetazo en la mesa para que nos recibiera el Ministro de Sanidad con la puerta abierta. Espero que caminemos de una vez hacia todo esto. Lo merecemos. Tanto quienes dedican su tiempo libre en su asociación local como quienes no colaboran con ninguna asociación pero tienen diabetes y necesitan a una FEDE fuerte y representativa que cuide de sus intereses.
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