Review FreeStyle Libre

. Texto revisado el 12 de enero de 2015 (marcado al final de la entrada)

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Una de las últimas novedades en medidores (por suerte, este año tenemos varias novedades) se llama Freestyle Libre, es de la multinacional Abbott y para quien no lo conozca, consiste en un dispositivo de medición de glucosa intersticial. Para entendernos, parecido (y digo parecido, porque no es lo mismo) a los medidores continuos de Medtronic o Dexcom. Un sensor implantado (y por tanto, invasivo) lee de manera continua la glucosa y un receptor recoge esos datos para mostrarlos al usuario. ¿Es un medidor continuo? Teóricamente no. La empresa farmacéutica lo denomina “Sistema Flash de Monitorización de Glucosa”. ¿Qué demonios es “sistema Flash”? pues para entendernos, es un sistema de «medición continua» con recogida de datos a demanda. O sea, que el sensor lee continuamente los datos, pero no hay envío inalámbrico, sino que tan sólo cuando tú pasas el receptor por encima del sensor, los datos son transferidos por tecnología NFC. Y sí, transfiere TODOS los datos de glucemia anteriores a ese momento (no sólo la glucemia en el momento del escaneo) hasta un máximo de 8 horas. Entonces bastarían únicamente 3 escaneos al día (uno cada 8 horas) para recoger las glucemias de las 24 horas del día. ¿Esto es medición continua? Para un servidor, rotundamente SÍ, aunque en teoría se le haya camuflado de otra manera por cuestiones tácticas. Así que allá vamos con la Review FreeStyle Libre…

¿Es o no es un medidor continuo?

Por tanto, nos encontramos con un “medidor continuo” (lo entrecomillo porque oficialmente, no lo es) que sólo transfiere sus datos al receptor cuando el usuario escanea el sensor. ¿Cuál es la primera implicación de esto? Que lógicamente, no hay alarmas de hipo ni de hiperglucemia. Al no estar recibiendo constantemente datos, el receptor no puede avisar. Quizá para personas con hipoglucemias inadvertidas esto les pueda parecer un poco problemático, pero se soluciona simplemente escaneando frecuentemente el sensor para conocer en todo momento nuestra glucemia. Y os aseguro que lo haces, quieras o no. Mi unidad de pruebas dice que escaneo de media ¡unas 48 veces por día! Se trata por tanto de un sensor sin emisor; un “todo en uno” compuesto por el filamento del sensor y una especie de botón plano del tamaño de una moneda de 2€ que contiene una mini-memoria de datos y un chip NFC; ambos (o mejor dicho, todo) desechable tras consumir la vida del sensor, que es de… atención… ¡14 días! (el doble que la competencia).

[Tweet «El sensor del #FreeStyleLibre es el más pequeño, ligero y discreto de los MCG actuales #diabetes»]

La teoría es esa. Un “medidor continuo-discontinuo”, podríamos llamarlo. O también podría ser un “medidor continuo a demanda”. En cualquier caso, la difícil categorización de este dispositivo es fruto de su novedoso planteamiento, que en mi opinión, es acertado. ¿Por qué? ¿Cuáles son las claves de este sistema? Para mi serían las siguientes, que estarían encadenadas: al incorporar un chip NFC de proximidad al sensor, no hay transmisión continuada de datos como en Dexcom o Medtronic, sino sólo al escanear el sensor. Eso implica que no hay transmisor y por tanto, un ahorro de consumo. Todo lo anterior permite una mayor miniaturización de lo que se adhiere a nuestro cuerpo, que es mucho más pequeño que los actuales sistemas de medición continua. Esto a su vez implica más ahorro, ya que no hay que sustituir ningún transmisor.
Sea por esto o por otras razones, la realidad es que el precio que Abbott ha fijado para este sistema es de menos de 60€ por sensor y (atención) otros 60€ por el receptor. Lo cual implica un desembolso inicial de 60€ y 120€ al mes en sensores. Muy lejos de las actuales cantidades que obligan a gastar Medtronic y Dexcom. Creo que la pelota ahora está en el tejado de estas dos compañías. La competencia siempre es buena y más si de ella nos podemos beneficiar las personas con diabetes, para las que tradicionalmente los sistemas de medición continua eran algo vedado por su elevadísimo coste de mantenimiento (y también de la unidad receptora). Comparar más de 1000€ de un Dexcom contra 60€ de la unidad de FreeStyle Libre es como de risa, pero es lo que hay. Si quieres conocerlo más en detalle, aquí tienes la web del FreeStyle Libre.

Yo ya he tenido tres sensores (el primero me duró siete días, el segundo 14 y el tercero lleva 10 hasta la última revisión de esta entrada, el 27 de octubre) y las preguntas que me hace todo el mundo a través de la red (aquí puedes hacer la tuya) son continuas y de todo tipo. Yo las he ido contestando, pero una muy repetida es: ¿Y cómo funciona? ¿Es realmente medición continua? Pues sí. A efectos prácticos lo es, porque el sensor mide la glucemia 4 veces por minuto. Y toma una media de esas mediciones. Puedes comprobar que mide cada minuto pasándote el receptor por el sensor una vez por minuto. Verás que la glucosa no es la misma. A su vez, cada 15 minutos, el receptor se queda con una media de esas 15 mediciones previas y la almacena en memoria. Por tanto, elabora las gráficas almacenando un dato de glucosa por cada 15 minutos, aunque mide constantemente una vez por minuto. A continuación me gustaría reseñar en un pequeño listado con algunas otras características que me parecen reseñables:

– El sensor soporta el agua hasta un metro de profundidad con un máximo de 30 min.
– No se puede escanear otro sensor que no sea el tuyo. Cada sensor va enlazado con su medidor. No temas, nadie podrá leerte la glucemia si pasa su FreeStyle Libre o cualquier móvil con NFC por encima de tu brazo. Sólo tu receptor la leerá.
– Puedes pincharte la insulina en el brazo junto al sensor, pero siempre dejando como mínimo 4 cm. de separación.
– El rango de medición del sensor es 40-500 mg/dl, y aunque el receptor puede mostrarte hasta 500 cuando escanees, si pides el gráfico de curva diaria, ésta sólo te mostrará un máximo de 350 mg/dl.
– La sauna y el baño turco son muy sanos, pero no para este tipo de sensores. Olvídate de meterte con él a este tipo de lugares.
– Si tienes una prueba médica que incluya radiación magnética o electromagnética, como radiografías, resonancias, o tomografía computerizada (TAC), hay que quitarse el sensor y ponerse otro tras la prueba.

El receptor

¿Y el receptor? ¿Es tan barato porque no tiene funciones? Pues la verdad es que no. Hace lo que hace cualquier otro; como Dexcom o Guardian. Cuando escaneas, el valor aparece en pantalla junto a la gráfica de las últimas 8 horas y la útil flecha de tendencia, que nos avisa del comportamiento de la glucemia en los últimos minutos, indicándonos hacia dónde va la glucosa. En este vídeo que hice puedes ver el funcionamiento; simple y efectivo. En la pantalla táctil también podrás ver (o introducir) valores de HC, dosis de insulina, ejercicio, enfermedad… que luego se volcarán al software de análisis AGP (ya disponible para su descarga aquí) y del que ya hablaré otro día (porque da para un post). Seguro que más de uno al ver la unidad receptora dirá: «¡si es un Insulinx!», y tiene parte de razón, porque la carcasa es la misma, pero no el software que lleva en sus entrañas. Al igual que el Insulinx, el Libre lleva un puerto USB para volcar datos y cargar el aparato, y la batería es recargable y no extraíble. Por tanto, el aparato es una caja cerrada sin tapas. Y en su pantalla táctil puedes acceder a los datos y muchas otras funciones, como por ejemplo:

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– Revisar los registros almacenados (las glucemias escaneadas).

– Ver el gráfico con la curva de todo el día.

– Ver las glucosas promedio por franjas horarias.

– Ver el gráfico de período en objetivo.

– Ver las hipoglucemias separadas por franjas horarias.

– Ver el número medio de lecturas del sensor al día.

– Ver los patrones diarios.

Esta última función de patrones es muy útil y permite de un golpe de vista, comprobar nuestras glucemias medias a lo largo del día con su correspondiente desviación estándar, detectando rápidamente los momentos del día en los que debemos actuar o hacer cambios en nuestra pauta. Esta gráfica se activa a partir del 5º día de comenzar a recibir datos del sensor (no antes). Asimismo, el receptor incopora en su menú un calculador de bolo, aunque está bloqueado por un código software que sólo tu médico te podría dar, pero que en principio parece que desde Abbott no quieren de momento activar esta función. Y además, el aparato es un medidor capilar tradicional y permite medir tanto glucemia como cuerpos cetónicos con tiras reactivas clásicas (las del Optium). Tiene una autonomía de 7 días máximo (depende siempre del uso que le des) y puede almacenar datos hasta 90 días atrás.

Una lista de detalles a mejorar

Antes de valorar en conjunto el aparato, comenzaré por listar una serie de detalles que no me han gustado del todo y que podrían mejorarse (algunos de ellos de manera muy simple tan sólo con revisiones de firmware):

– Muy ligero, casi demasiado. No pesa nada, y además ergonómicamente no es ideal, ya que por su forma se te puede escurrir de la mano debido a su ligereza y al tipo de plástico de la carcasa (bastante deslizante).

– Además de la carcasa, en general se trata de un hardware sencillo (quizá un poco excesivamente sencillo). Se nota que es un aparato económico en detalles como la pantalla. Su sistema táctil a veces cuesta bastante que te reconozca la pulsación. Hay que apretar sin miedo. Me recuerda mucho a aquellos primeros móviles táctiles en los que había que pulsar y pulsar hasta que te obedecía. Imagino que esta es también como aquellas; una pantalla resistiva (no es broma, se llaman así, y no es porque se «resistan» a las pulsaciones). Y también es un poquito justa de tamaño en dimensiones, sobre todo porque no es un glucómetro capilar, sino un “medidor continuo” que ofrece gráficas complejas en pantalla. Verlas claramente exige afinar mucho la vista. La pantalla es a mi juicio demasiado pequeña.

– La pantalla es de plástico, y por tanto, MUY fácil de rayar. La mia (con un uso exquisito por mi parte, ya que el aparato lo tenía en cesión) ya tiene marcas con tan sólo 7 días de uso.

– Una fundita es más que conveniente (sobre todo por lo comentado antes de su fragilidad en pantalla y su plástico muy resbaladizo). Podríamos conseguir una por alguna parte, pero que sea exactamente de ese tamaño… mejor que venga con el aparato y ya está. No lo encarece prácticamente nada.

– Quizá un aparato tan innovador se hubiera merecido un diseño propio. La carcasa del Insulinx puede servir, pero no es lo ideal para este tipo de medidores. En Abbott se jactan de no tener que pincharse nunca más en los dedos, y por eso la boca de tiras reactivas (teniendo en cuenta que la idea es utilizarla lo mínimo tendiendo a cero) debería ser más discreta, y no tan protuberante.

– Derivado de su dificultad ya comentada con la pantalla, es especialmente complicado pulsar las pequeñas flechas de desplazamiento de los registros de glucemia. Le cuesta responder a nuestra pulsación y a veces tienes que darle un montón de veces hasta que consigues que reaccione. Como decía antes, requiere mucha presión el sistema táctil.

– Quizá unas cuantas personas hubiéramos pagado un poco más (tampoco mucho, no nos emocionemos) por un hardware y software un poco más depurados. Lo cual me lleva a pensar dos cosas: o que el FreeStyle Libre es una versión 1.0 que será sustituida y mejorada en breve, o que a corto plazo prevén sustituirlo por “otra cosa” (que bien podría ser nuestro propio móvil con una simple app de Abbott que gestione los datos recibidos). La opción dos sería perfecta: un aparato menos en el bolsillo. Y lo tienen más fácil que Medtronic o Dexcom para hacerlo, ya que el NFC está presente en muchos móviles.

– La función de calculador de bolo (que es la del Insulinx) sólo funciona si te mides la glucemia con tira reactiva (no con el sensor, lo cual es un poco un contrasentido si desde Abbott lo publicitan como algo para «olvidarse» de los pinchazos en el dedo), y tiene dos modos; sencillo y avanzado. En el avanzado a la hora de calcular la dosis no te permite prever circunstancias especiales que inflyan en la dosis prevista, como deporte, estrés, enfermedad… al estilo del Accu-Chek Expert de Roche. Además, meter los gramos de carbohidratos es muy lento, porque el contador va de uno en uno y tardas muchísimo (lo comprobé ayer jueves al comer 95 g. de HC. Tardé un rato en llegar a esa cifra, casi se me enfrían las lentejas). Se agradecería que en una revisión de firmware incorporaran un sistema más lógico (por ejemplo, que si mantienes pulsado, primero vaya en incrementos de 0,1 y a partir de cierto número, pase a incrementarse de 0,5 en 0,5. Y si soltamos, podemos ajustarla otra vez de décima en décima).

– Cuando lo conectas a la red o al ordenador, no sabes si está cargando, ni cuánta carga lleva ni cuánto le queda. Y si pulsas el botón de encendido, te dice simplemente que está conectado al ordenador. Un icono en pantalla mientras carga sería útil (o al menos cuando pulsas el botón, para que puedas comprobar el porcentaje de nivel de carga).

– El sensor tras 4 días me empezó a mostrar un pequeño levantamiento por uno de los lados, en el borde. A los seis días (ayer) ese ligerísimo levantamiento de uno de los bordes había aumentado más y no me quise arriesgar. Lo tapé todo con Tegaderm 3M. Creo que –a falta de lo que digan los usuarios cuando se empiece a vender- podría ser un poco complicado mantenerlo 14 días para personas que practiquen mucho deporte, con tanto sudor y agua de por medio. Pero este problema es general a todos los sistemas de medición intersticial. (edito a las once de la noche del jueves para decir que se me ha despegado el sensor al sexto día ¡al quitarme una camiseta!. Definitivamente, hay que afianzar mucho ese sensor para que siga ahí los 14 días, sobre todo si sudas mucho y haces mucho deporte. Ah, y si eres peludo como un oso, no olvides rasurarte la zona o se despegará en menos que dices «FreeStyle»). Al cabo de varios días de publicar esta entrada, recibí un mail de un ingeniero norteamericano de Abbott que os pego íntegramente y en el que me da varios consejos sobre el  levantamiento del parche: «No uses Tegaderm sobre el Libre. El adhesivo durará más sin él. Si el borde del adhesivo se levanta ligeramente como te pasó a ti, no significa que el parche vaya a despegarse pronto. El Tegaderm atrapa el agua y causará que el Libre se despegue antes. Trata de mantener el sensor seco siempre. Exfolia la piel antes de colocar el sensor para retirar las células muertas de la zona donde se va a colocar el Libre. Usa Skin-Tac alrededor de los bordes en lugar de Tegaderm. Coloca el Libre en la parte trasera del brazo, donde no podrá despegarse bruscamente por golpes contra muros o puertas. Y siempre trata de mantenerlo seco. Sé cuidadoso cuando te cambies de ropa al sacar mangas. Con estos consejos el sensor durará los 14 días sin problema si cuidas un poco de él. Puedes nadar, hacer deporte, ducharte… pero siempre ten cuidado al secarlo tras mojarse. La piel mojada es un material débil. Los bordes del adhesivo puede que se levanten un poco en alguna ocasión, pero eso no quiere decir que el parche vaya a despegarse«.

– La zona recomendada para colocar el sensor es la parte trasera del brazo (donde nos ponemos la insulina), pero no es tan fácil de poner para uno solo como lo es en el abdomen (aunque sin duda prefiero el brazo). Pero lo que sí es definitivamente más complicado es la colocación de un film adhesivo para tapar el sensor. Creo que necesitas ayuda para colocar un film transparente si quieres proteger el sensor. A ti solo te va a ser difícil. O sea, si eres soltero, ya estás pidiendo a la vecina que te eche un cable para ponerte el adhesivo. Así tienes una excusa para que se quede y la invitas a cenar para darle las gracias.

– Cuando registras un evento de insulina, si es rápida puedes revisar la dosis que has metido, pero si es lenta la dosis no se visualiza en el receptor (aunque sí en el ordenador cuando vuelcas los datos).

– Cuando quieres acceder o buscar un registro pasado, por ejemplo de varios días atrás, tienes que ir uno por uno pasando todas las lecturas del escáner pulsando la famosa flechita que no obedece. Eso es lentísimo y cuesta que te reconozca las pulsaciones. Debería haber alguna forma de avance rápido, al igual que en la fijación de los carbohidratos que ya he citado antes.

– El botón de encendido es a la vez el retroceso de los menús. Y también el apagado, pero cuando pulsas para apagar, sale un mensaje de  “apagando el lector” y un botón de cancelar, dejándote unos eternos segundos en espera hasta que se apaga. ¿Para qué sirve esa espera? Si este aparato sólo tiene apagado rápido, ¿para qué ese aviso de «¡me voy a apagar!»? Si te metes el aparato en el bolsillo en ese momento, el “cancelar” se pulsa sin querer y el aparato queda encendido en tu bolsillo, pudiendo hacer algún cambio no deseado. Debería apagarse directamente tras pulsar el botón cuando estás en el menú principal. Esa confirmación de apagado es superflua. Además, el botón de encendido se pulsa con relativa facilidad en el bolsillo. Lo ideal sería una función de «lock», pero en su defecto, proteger un poco el botón metiéndolo a ras en la carcasa del aparato podría servir para protegerlo un poco de pulsaciones accidentales.

– Aún no se ha evaluado el FreeStyle Libre en embarazadas, personas en diálisis o menores de 18 años. Me parece vital sobre todo el tercer grupo: los niños son candidatos perfectos para este sistema. Espero que Abbott se gaste unos pocos chines y haga las gestiones y estudios que permitan la homologación más pronto que tarde (además, ahí tienen muchas posibles ventas).

– Un aviso: la zona en la que está el sensor es un lugar con mas posibilidades de golpearse. Hay que tener más cuidado que en la tripa. Yo ya he tenido varios encontronazos contra marcos de puerta o similar y el sensor se ha golpegado con ellos. De momento sin consecuencias. Simplemente –como decía antes- hay que acordarse de que lo tenemos puesto.

Exactitud

Una de las cosas que más nos interesan en este tipo de aparatos y en lo que somos más inflexibles (y con razón) es en la exactitud. Tener un sistema de medición continua o algo como el FreeStyle Libre y que no sean exactos no nos serviría para absolutamente nada. Por tanto, es vital que la exactitud y precisión sean adecuadas, pero siempre teniendo presente que la medición es intersticial (en los tejidos subcutáneos), por lo que la concentración de glucosa es siempre ligeramente diferente a la capilar. Lleva un retraso de unos diez minutos. Esto es evidente cuando comparamos ambos sistemas en momentos de fluctuación glucémica: el sistema intersticial tardará más en llegar a la cifra de glucemia capilar. Además, como ya sabemos todos (o deberíamos saberlo), los medidores capilares tienen un margen de error permitido por ley, con lo que la cifra que arrojan no tiene porqué ser la auténtica. Y además, ya sabéis que si medimos dos veces seguidas con dos tiras una detrás de otra (cosa que también he hecho estos días), también nos da resultados diferentes. Por eso no es conveniente esa tendencia general a comparar “a pelo” una cifra de medición capilar y otra intersticial.

Así que, una vez hemos dejado claro esas premisas que vician los resultados posteriores, yo he estado comparando durante estos días los valores del FreeStyle Libre con varios medidores: un Accu-Chek Expert, un Contour USB y el propio medidor FreeStyle Libre con sus tiras Optium. Abbott declara en su FreeStyle Libre una exactitud de un 75% de los valores con un +-15% de desviación (>75 mg/dl) y un 79% de los valores con un +-15% de desviación (<75 mg/dl). Y mis resultados son:

Desde el viernes 5 a las 14 horas (cuando empezó a medir) hasta las 16 horas del jueves 11, se han analizado 34 glucemias. De todas ellas, son válidas 32, porque las dos restantes eran una prueba para ver cómo respondía en momentos de mucha variabilidad glucémica, donde un medidor intersticial no va a la par con el capilar. Esas dos situaciones eran una recuperación de hipoglucemia (tras ingerir azúcares rápidos) y una post-prandial en caída libre hacia una hipo. En ambos casos, lógicamente la medición del FreeStyle Libre iba con retraso y se notaba en la cifra. Así, en mis comparativas el 19% de las mediciones tienen un máximo del 1% de desviación. Un 38% están dentro del 3% de desviación y un 69% están dentro del 5% de desviación. Me parece bastante buena exactitud que casi las tres cuartas partes de los valores tengan un máximo del 5% de error sobre un medidor capilar, ya que si la comparación estuviera bien hecha sobre valor de laboratorio, eso querría decir que el FreeStyle Libre es más exacto que los medidores capilares, superando ampliamente la ISO actual. Pero como todo esto es muy poco científico y tan sólo puedo referenciarme a mediciones capilares que ya tienen un error per se, todo esto sólo me sirve para dejar claro que el FreeStyle Libre arroja unos resultados absolutamente EN LÍNEA CON LOS MEDIDORES CAPILARES ACTUALES. Me ha sorprendido gratamente y es el primer medidor intersticial que pruebo con semejante similitud. Y hablamos de un sistema que NI SIQUIERA REQUIERE UNA CALIBRACIÓN. Tan sólo lo pones en el brazo y ya está. La verdad es que estoy bastante impresionado por los resultados obtenidos. Y aquí están los resultados de mis comparaciones con el segundo sensor.

[Tweet «Las lecturas del #FreeStyleLibre son iguales a las de un medidor capilar»]

Mi opinión

Tras ver este vídeo grabado por mi en el que se ve la simplicidad de funcionamiento del Libre, para finalizar semejante biblia (espero que antes de leerte esto hayas cogido tu bebida favorita y te hayas sentado cómodamente), terminaré dando mi opinión sobre este Libre. Yo tenía inicialmente pensado dejar esta opinión para la segunda semana, cuando el sensor terminara su vida y yo pudiera aportar más datos comparativos. Pero el sensor se me ha despegado el sexto día y por tanto, debo dar una opinión sin todos los datos que quisiera. Pero en cualquier caso, tengo información suficiente como para valorar con prudencia.

El aparato me gusta. Rotundamente. Lo que he medido ha sido bastante parecido respecto al medidor capilar. Me sorprende que no haya que calibrarlo ni una sola vez. Pero el resultado es positivo porque funciona muy bien; es simple, sencillo de manejar, discreto, eficaz. Aunque no tengo tantas cifras como quisiera, hasta el momento lo que yo he obtenido es como tener un medidor capilar. Las diferencias que veía entre los medidores de sangre y el Libre eran muchas veces de un máximo de 10 mg/dl de diferencia (cuando no eran menos; de 2, 1 o incluso la misma cifra). Algo que perfectamente podría mostrar el medidor capilar si te vuelves a pinchar. Por tanto, hasta donde he podido probar, el FreeStyle Libre puedo decir que me ha dado unos valores como un medidor capilar. Si alguien me pregunta ahora: ¿te lo comprarías?, diría que sí, claramente.

Sin embargo, su mayor complicación es repecto al sensor y su sujección, pues si el primero me duró siete días de los 14 oficiales, el segundo lo he tenido que afianzar con Tegaderm al cuarto día porque se caía. Pero finalmente lo aguanté los 14 oficiales. Por tanto, aquí las variables personales (actividad física, sudoración, tipo de piel…) juegan un papel importante de cara a que el sensor aguante. Conozco una persona que ha estado 14 días con el sensor e incluso le ha costado quitárselo al final de su vida útil. Creo que cada uno aquí tendrá que probar si le aguanta por sí solo (me parece que en general, eso es complicado) o si tendrá que echar mano de ayudas adicionales (que será lo más frecuente).  Veremos cómo le va a la gente y qué trucos son los que suelen utilizar.

Esta es la web donde adquirirlo y conocer más sobre el FreeStyle Libre. En octubre estará inicialmente disponible en 7 países de la Unión Europea: Francia, Alemania, Italia, España, Reino Unido, Suecia y Holanda.

Antes tenía el problema de que debía ahorrar para comprarme un medidor continuo: el desembolso inicial era enorme. El mantenimiento era otro tema aún peor. Ahora con el FreeStyle Libre nos hemos quitado uno de los problemas: el coste del receptor. Y aunque el mantenimiento de 120€/mes está muy por debajo de la competencia, sigue siendo un dinero que no todos tienen/tenemos. Me recuerda al iPhone, que todos quieren, pero pocos pueden comprar. Habrá que apretarse el cinturón para sacar esos 4€ al día que cuesta el FreeStyle Libre. Y ahora os dejo, que tengo ya mi martillo listo y tengo que buscar a mi cerdito. Llevo días buscándolo y no juraría que estaba en… ¡¡AJÁ!! ¡¡¡Ahí estás!!! Ven aquí, no te escapes, que tengo que decirte una cosita…

Finalmente, añadir que no tengo ningún conflicto de intereses con Abbott. No he percibido dinero alguno ni ninguna otra contraprestación por la publicación de este y otros comentarios sobre el aparato, y tan sólo he tenido la oportunidad de probar el dispositivo gracias a mi endocrino y al hospital en el que me tratan. En cualquier caso, agradezco tanto a mi endocrino como a Abbott por haberme dado la oportunidad de hacer esta prueba antes de su comercialización.

ACTUALIZACIÓN ENERO 2015:

Llevo ya 9 sensores puestos, y yo he sido uno de los que está teniendo unos aún desconocidos problemas con algunos sensores, que no dan la exactitud necesaria. No se sabe a cuántas personas afecta ni qué porcentaje del total de sensores dan estas lecturas más imprecisas, pero es un problema a resolver por parte de Abbott, que a día de hoy aún no conoce bien qué motiva estas erráticas lecturas. De mis 9 sensores, casi la mitad han medido perfectamente, pero el resto se mueve entre lo medianamente aceptable (alrededor de un 25% de error con respecto a medición capilar) y lo simplemente inaceptable (con diferencias en torno al 40-50% con respecto a la medición capilar). Aquí tienes la entrada sobre la variabilidad del FreeStyle Libre y aquí el balance del Libre tras los 10 primeros sensores.[fin de actualización]