¿Hay alguna novedad?

Si hay alguna noticia que las personas con diabetes buscamos con anhelo es todo lo referido a novedades que supongan una mejora de la calidad de vida. Y cada vez que sale en los medios alguna noticia sobre nuevos medidores (capilares o medición continua) o bombas de insulina, las asociaciones automáticamente empezamos a recibir innumerables llamadas de gente interesada en «ese cacharro que han anunciado».

Hace varias semanas impartí un seminario sobre medición continua en mi asociación (Asociación Vizcaína de Diabetes), y lógicamente el interés que suscitó el tema fue máximo. Cuando acabas tu exposición, los asistentes vienen a preguntarte sobre ese aparato del que has hablado que hace tal o cuál cosa. Y ves que sus preguntas y su tono es el de alguien que realmente NECESITA ese dispositivo para mejorar su calidad de vida o controlar una diabetes incontrolable. Pero a veces la necesidad no es tan evidente. Puede que su diabetes no sea un desastre, pero busca algo que por fin le proporcione cierta tranquilidad y le disminuya esa ansiedad permanente a la que te conduce la diabetes al requerir saber en todo momento cuál es tu maldita cifra de glucosa. Y estos dispositivos de medición continua proporcionan una descarga psicológica evidente que yo mismo pude comprobar cuando los he tenido de prueba pegados a mi tripa (ver reportajes sobre Guardian y Dexcom publicados en el blog de Asvidia).

Entiendo por tanto esa ansia que tienen (tenemos) todos cuando nos enteramos de un nuevo dispositivo. Y entiendo también la decepción que invade a todas esas personas cuando me preguntan por él y yo les digo que aún está en pruebas. O que los ensayos no han funcionado bien. O que aún no tiene la marca CE (paso previo a su comercialización). O que se va a comercializar, pero no en españa. En el tema de los medidores continuos, diría que el mercado es comercialmente interesante, pero el panorama es ligeramente decepcionante. Pasan los años y seguimos sin tener grandes avances. Y los sistemas comercializados presentan importantes desventajas o limitaciones, comenzando por su prohibitivo precio. Siempre he dicho que la ciencia es imparable. Que se está investigando en este tema de la medición de glucosa por otras vías distintas a la del pinchazo capilar. Y que tan sólo es cuestión de tiempo. Pero… ¿cuánto? Por cuánto tiempo tendré que seguir diciendo esto a tantas y tantas personas que desesperadas, me preguntan el ya famoso «¿qué ha salido?».

Sensor de glucosa implantable Glucowizzard
Glucowizzard (TM), un microsensor propio de las películas. Foto: Bioraris, Inc.

Para que no quede la sensación de que todo sigue igual, aquí tenéis una imagen de un mini-sensor de glucosa creado por una empresa norteamericana. Se llama GlucoWizzard y está creado por una empresa norteamericana llamada Biorasis y radicada en Connecticut. Han creado un sensor implantable miniaturizado que recuerda más a una película de ciencia ficción que a la realidad. Con tan sólo 0,5×0,5×5 mm., este nanodispositivo mide la glucosa en nuestra muñeca y lo envía de manera inalámbrica a un dispositivo cercano (la mejor opción podría ser una especie de reloj). De fácil implantación y sustitución, el GlucoWizzard tiene una vida de 3 meses como mínimo y por su tecnología, no presenta ningún tipo de problema por parte de los macrófagos del sistema inmunitario. ¿Para cuándo? preguntará alguien ahora mismo mientras lee esto. Pues esa es la pregunta del millón. Todos queremos velocidad, pero los avances requieren múltiples pruebas. Y no todos las superan con éxito. De momento, el sensor GlucoWizzard pide en su web inversores para el proyecto.

Pero este año tendremos alguna novedad. En breve en este mismo blog podré hablaros sobre ellas de primera mano. Estad atentos…

Oscar López de Briñas Ortega
@oscarbrinas