Los métodos alternativos en diabetes

Cuidado con los remedios extrañosQuién no ha escuchado alguna vez en un encuentro o convivencia entre personas con diabetes aquello de que beber mucha agua reduce la hiperglucemia. Uno de esos tópicos que aunque estrictamente no es verdad, sí es cierto que beber más agua ayuda a que la glucosa circulante en sangre se elimine con más facilidad para el cuerpo, que no rapidez. Una mayor diuresis da mayor capacidad a nuestros riñones para eliminar la glucosa sobrante, pues es este órgano el encargado de expulsar el exceso de azúcar de nuestra sangre. O sea, una verdad a medias.

Otras veces, aunque estrictamente tengan una base de verdad, hay soluciones estrambóticas y desaconsejables por el peligro que conllevan. Como por ejemplo ese remedio «de emergencia» para las hiperglucemias consistente en la peregrina idea de darse un baño con agua caliente al poco tiempo de haberse puesto la insulina. La mayor temperatura del cuerpo debido al baño caliente producirá sobre nuestros vasos periféricos una vasodilatación que lógicamente, acelerará la absorción de nuestra insulina de manera drástica, aunque de manera no demasiado controlable y con efectos imprevisibles. Remedios un tanto alocados y fruto de la desesperación de quien no consigue regular lo que parece incontrolable a veces. Entendible, pero igualmente desaconsejable.

Y un tercer grupo que catalogaría como el más peligroso, se refiere a soluciones para la diabetes que ni están validadas científicamente, ni tienen siquiera base científica, ni están recomendadas por ninguna sociedad científica y médica. Huid como del diablo respecto a cualquier propuesta que tenga la desfachatez de prometer mejoras o remedios para vuestra enfermedad. Si eres un tipo 1, no hay remedio alguno hasta que la ciencia llegue a algún descubrimiento. Y ningún producto va a «ayudar» ni a regular tus niveles de glucosa en sangre, porque, sencillamente, tu metabolismo de la glucosa es limitado con respecto al de alguien sin diabetes y no tienes producción alguna de insulina. Y si eres tipo 2, mucho cuidado con confiar demasiado en promesas de alimentos que ayudan a regular la glucosa. Tómalo con alfileres porque esa es su importancia real en tu tratamiento. Medicación, dieta y ejercicio físico seguirán siendo tus directrices principales, y comer mucha canela -por poner un ejemplo- no va a hacer que tus glucemias bajen hasta la normalidad.

Sobre la diabetes hay -como en casi todo en la vida- innumerables tópicos, procedimientos sui géneris y leyendas urbanas que son en su mayoría fruto del desconocimiento, o son directamente desaconsejables, o potencialmente arriesgadas, o suelen hacer más daño que utilidad. Y sólo en nuestra mano está el deber -insisto, el deber, no la opción- de informarnos sobre cualquier duda que podamos tener con nuestra diabetes. Porque sólo la sufrimos nosotros, no quien nos aconseja con esos remedios discutibles. Y porque sólo con educación y conocimientos podremos gestionarla mejor y con mayores posibilidades de evitar cualquier tipo de situación comprometida o problemas de salud que pueda ocasionar en un futuro. Por suerte, hoy día tienes muchas vías para informarte y educarte en salud, y la consulta de tu endocrino o educador en diabetes es sólo una de ellas.