Estos días se han publicado informaciones en los medios que recogen la presentación de los planes de Coca Cola para los próximos años. Entre otros, la multinacional de la famosa bebida azucarada afirma que «ha conseguido bajar el azúcar un 38% desde el año 2000 y prevén alcanzar una reducción del 12% adicional hasta 2020». Esta adaptación -afirman en la marca americana- «está en consonancia con las directrices marcadas desde la Organización Mundial de la Salud (OMS), que recomienda reducir por debajo del 10% el aporte de calorías que provengan del azúcar y ofertar variedades para que el consumidor pueda elegir lo que más y mejor se adapte a su situación».
Todo lo que sea reducir la cantidad de azúcar es deseable (especialmente en productos excesivamente azucarados como este), pero hay que recordar que una lata de esta bebida puede ya por sí sola superar ese 10% de azúcar diario recomendado por la OMS. Por tanto, la reducción se me antoja claramente insuficiente. Y si por ejemplo tomamos la unidad de consumo estándar (el botellín), ya contiene unos 25 g. de azúcar, por lo que la reducción de azúcar del 12% que plantean supondría quitar tan sólo 3 gramos. Obviamente, seguirá siendo una bebida altamente azucarada. Paradójicamente, las personas con diabetes conocen bien el recurso de acudir a este tipo de bebidas para remontar sus episodios de hipoglucemia. En cualquier caso, parece que la sociedad va tomando conciencia poco a poco de la importancia de reducir el consumo de azúcares refinados en su dieta y empieza a ejercer una cierta presión sobre la industria alimentaria, lo cual es bueno. Este es un paso, aunque pequeño. Esperemos que haya muchos más.
Fuente: ABC / Redacción Médica (enlaces externos)
