Glucotrack: la ciencia es imparable

28 años con diabetes. Y en esos veintiocho años, de entre todos los posibles avances que siempre he preferido en diabetes, destacaba uno por encima del resto: la medición de glucosa no invasiva. No tener que estar pinchándose en el dedo continuamente siempre se encuentra en el top-three de cualquier persona con diabetes. Y en la era de los smartphone, los gps hasta en nuestras zapatillas deportivas, las google glass, incluso hasta las teles han evolucionado y ahora son también «smart» y pueden acceder a la red… siempre nos preguntamos: ¿Y cómo puede ser que aún no se haya inventado una manera no invasiva de medir la glucosa?. Realmente es una buena pregunta. Y para contestarla, probablemente necesitaríamos a un científico que nos explicara los retos técnicos que implica hacer la lectura de glucemia a través de nuestra piel. Pero aún con esa explicación, nosotros seguiríamos preguntándonos: ¿Y cómo es posible que un móvil pueda tener en tan poco espacio tanto despliegue de tecnología y nosotros sigamos sin nuestro medidor no invasivo?. También es una buena pregunta. Uno que ya peina canas, que ha conocido aquella típica frase de su endocrino «esto en unos diez o quince años está solucionado», que ha visto proyectos prometedores que se estrellaban antes de nacer… entiendo que con el tiempo haya personas que pierdan un poquito de ilusión. De esa ilusión que tenían al principio pensando que en diez años tendrían un medidor mágico que poniendo un dedo encima les dijera la glucemia. O mirándose el iris. O echando el aliento en una boquilla.

Pero la ciencia es imparable y aunque ellos no lo crean, se sigue investigando. Incluso todos esos proyectos de ensueño que nunca ven la luz son también parte de esa investigación y ese proceso de desarrollo que permite que un día tengas lo que deseas. Proyectos como el Glucowatch, aquel futurista reloj que finalmente murió por ofrecer un porcentaje de error insoportable para un dispositivo médico. O el Glucoband, un reloj aún más molón que el anterior y que de repente, desapareció de internet y de cuya web nada más se supo. O el C8 de Medisensors, un dispositivo óptico con tecnología láser que, colocado en el abdomen, era capaz de leer la glucosa aunque tuvieras que llevar encima todo el día una faja elástica con ese aparato encima pegado a la tripa…

glucotrackY hoy, después de 28 años y haber asistido a estos y otros fracasos que finalmente no pudieron llegar a ser operativos por distintas razones, tengo en mis manos un dispositivo que sí ve la luz. Que lleva años investigándose y mejorándose en su país de origen (Israel), que va a ser comercializado en Europa en los próximos meses y que puede revolucionar el mercado ofreciendo una solución ideal para muchas personas hartas de pincharse en el dedo día tras día una y otra y otra vez. Tengo la suerte de poder probar el Glucotrack antes de que sea comercializado. Y durante algunas semanas evaluaré sus prestaciones, su comodidad, sus ventajas, su fiabilidad… y mi vida. Evaluaré mi vida viendo lo que supone no pincharme una media de 7 veces al día.

Este año va a ser interesante. Estad atentos, porque por fin vamos a ver novedades interesantes en el campo de la medición de glucosa. Glucotrack… Flash… Duo… De momento, el baile ha empezado con Glucotrack. Medirse la glucemia tan sólo es cuestión de ponerse una pinza en la oreja durante unos segundos. Mágico, indoloro, cómodo… y sobre todo, no invasivo.

Oscar López de Briñas Ortega
@oscarbrinas
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